La canciller alemana, Angela Merkel, defendió ayer un comercio internacional basado en las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y llamó a los afectados por los aranceles estadounidenses a forjar una “posición común”. 

Merkel, en una comparecencia ante el Bundestag (cámara baja), reiteró su apuesta por un comercio global libre y justo, se mostró favorable a alcanzar un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos y pidió a los socios europeos unidad y más “consistencia” en la defensa de sus “intereses”. 

Consideró que la UE debería cooperar con todos los países con “cuestiones” abiertas con Estados Unidos en el ámbito comercial, algo que incluiría a países como China, inmersa ya en una incipiente guerra comercial con Washington, pero también México y Canadá, a los que el gobierno de Donald Trump ha incluido junto a la Unión en la lista de economías cuyo acero y aluminio está sometido a aranceles punitivos. 

La canciller destacó que estos dos países norteamericanos –con los que la UE mantiene ya estrechos lazos comerciales– se encuentran ahora en la “difícil” renegociación para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un acuerdo que mantienen desde los años 90 con Estados Unidos. 

Las diferencias con Estados Unidos con respecto al comercio internacional, agregó Merkel, pueden derivar en que en la próxima cumbre de líderes del G7, que se celebra a finales de esta semana en Canadá, no se apruebe una postura común en este ámbito. 

Merkel aseguró que acude a la cita con “buena voluntad”, pero subrayó que no tiene sentido ceder en los principios esenciales –un compromiso común claro” con el libre comercio y contra el proteccionismo– con el único objetivo de alcanzar un acuerdo, porque el texto final estará demasiado aguado. Es posible, concluyó, que la cumbre no genere un comunicado sobre comercio y que se limite a que la presidencia canadiense ofrezca un resumen de lo tratado en la sesión dedicada a este asunto, algo que evidenciaría las grietas entre este grupo de economías industrializadas tradicionalmente bien avenido. 

La jefa del gobierno alemán indicó que, pese a las diferencias, Alemania mantiene su “disposición al diálogo”, también ante la amenaza de Washington de aplicar aranceles punitivos a los coches europeos. “Seguiré defendiendo el comercio global libre con base multilateral”, afirmó.