Desde Moscú

El rostro de fastidio de Lionel Messi, el llanto de Marcos Rojo, la incredulidad de Javier Mascherano, la obnubilación de Sergio Agüero, la impotencia de Lucas Biglia. Las reacciones fueron todas juntas y en el mismo escenario, el estadio Maracaná de Río de Janeiro, cuatro años atrás. Esa imagen fue la última que ofreció el seleccionado en un Mundial, después de perder el partido decisivo ante Alemania. El fútbol argentino transitó por un período oscuro en ese lapso hasta regresar hoy a una nueva Copa del Mundo, y esos nombres estarán presentes en el duelo ante Islandia, el que permitirá tener otra oportunidad de romper una sequía que ya acumula 32 años. El estadio del Spartak será el lugar donde este plantel comenzará a revertir aquel destino.

El camino será complicado, debido a que no es sencillo volver a jugar una final mundial. Si bien Argentina lo logró en 1990, lo hizo a partir de situaciones inesperadas que le fueron abriendo el recorrido, pero con un equipo vacío de fútbol. La apuesta en Rusia será instalarse entre los cuatro primeros del campeonato, y con la posibilidad de que ese envión anímico le permita acceder al partido del 15 de julio próximo.

La estructura del entrenador Jorge Sampaoli, que está al mando del equipo desde el 31 de mayo del año pasado, se sostiene en la jerarquía de Messi. El rosarino tendrá, una vez más, la responsabilidad de guiar a sus compañeros hacia lo más alto. Y a diferencia de lo que ocurrió en 2014, donde Messi no pudo lucir en toda su dimensión por un sistema de juego más rígido, en este caso tendrá libertades para tomar decisiones que terminen siendo positivas para todo el conjunto. A partir de él, Argentina tendrá opciones concretas de llegar lejos en este Mundial. Y así como con Messi las acciones aumentarán, cuando suceda lo contrario no se vislumbra una alternativa clara de lo que pueda ocurrir.

La última gira que hizo el equipo para enfrentar a Italia y España, sin Messi, dejó un saldo para nada favorable. Y donde se notó con mayor claridad fue en la caída con goleada ante los españoles.    

Los inconvenientes que tuvo el seleccionado con las lesiones en las últimas semanas fueron un punto importante, debido a que se especulaba que tanto Sergio Romero como Manuel Lanzini tenían un lugar asegurado desde el inicio. Wilfredo Caballero será el encargado de cuidar el arco y Maximiliano Meza ocupará un lugar en la mitad de la cancha. Para ambos será su debut absoluto en un Mundial, y las dudas principales radican en la autoexigencia que se imponga cada uno.

La decisión del entrenador de ubicar dos volantes centrales para el partido de hoy, ante los islandeses, provocó sorpresa teniendo en cuenta la calidad del adversario. Mascherano y Biglia ocuparán esos lugares, con la misión de recuperar rápido la pelota y ayudar a los defensores en el momento de retroceder. La aparición de Eduardo Salvio en la última línea también genera incertidumbre, sobre todo por los inconvenientes que suele tener el ex Lanús para controlar a los delanteros rivales que se mueven por su sector. Lo mejor que hace Salvio es lanzarse al ataque, debido a que jugó la mayor parte de su carrera como delantero por la derecha. En ese sentido, se especula que estará parado en la mitad de la cancha y el equipo quedará con tres hombres en el fondo.

Angel Di María es otro que no llega en su esplendor a este Mundial, pero el entrenador igualmente le dará la chance de que pueda recuperar su nivel a partir de la continuidad. El jugador del Paris Saint Germain estará en su lugar habitual como mediocampista por la izquierda, con la opción de desbordar hasta el final del campo rival y abastecer a los delanteros que lleguen por el centro.

En la lucha de delanteros para acompañar a Messi, el ex Independiente Sergio Agüero fue el elegido, y el que esperará afuera será Gonzalo Higuaín. En este caso ambos arriban con un rendimiento similar, con la diferencia de que el primero padeció una lesión en el final de la temporada que lo mantuvo inactivo varias semanas.

Islandia jugará por primera vez un Mundial y le resultará muy difícil avanzar a la segunda ronda, teniendo en cuenta que los otros integrantes de la zona son Croacia y Nigeria. Para los islandeses, haber llegado hasta aquí significa un título único para su historia. Del otro lado, para Argentina, la conformidad será alcanzada con algo muy superior.