El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva sigue preso, pero la confusión judicial que se produjo el domingo en torno a su posible liberación volvió a colocar al líder de la izquierda en el centro del debate electoral en Brasil. Sus rivales para los comicios de octubre cargaron las tintas contra el juez Rogerio Favreto, quien ordenó la excarcelación del candidato favorito, pero cuya decisión fue anulada por un magistrado superior. El diputado de extrema derecha Jair Bolsonaro, que lidera las intenciones de voto si Lula fuera impedido de presentarse, remarcó en un video publicado en las redes sociales que la decisión del juez Favreto fue antes que nada política. “En Brasil, la ideología es peor que la corrupción”, denunció. “Mantener a Lula o a cualquier otro ciudadano en prisión no puede ser una decisión política”, comentó, de su lado, el candidato de centroderecha Geraldo Alckmin en Twitter. La ex ministra de Medio Ambiente de Lula, Marina Silva, lamentó en un comunicado que el juez Favreto hubiese “provocado turbulencias políticas que ponen en duda la autoridad de las decisiones judiciales”.