El equipo de rescatistas que trabajó a contrarreloj para sacar con vida a los jóvenes atrapados desde el 23 de junio en una cueva de Tailandia finalizó con éxito su tarea: los últimos cuatro chicos y su entrenador fueron rescatados ayer y ya se encuentran fuera de peligro junto al resto de sus compañeros.

“Los 12 Jabalíes Salvajes y su entrenador fueron evacuados de la cueva”, anunció el cuerpo de élite de la marina tailandesa a través de Facebook. Esta tercera operación fue un poco más lenta que las realizadas durante el domingo y el lunes, por el mayor número de evacuados y por las lluvias que cayeron en la región durante toda la noche y parte de la mañana de ayer. 

Según confirmaron distintas fuentes del equipo de socorristas, el primer niño rescatado el martes salió a las 16.12 hora local, el segundo a las 16.33, el tercero a las 17.13, el cuarto a las 18.18 y el último, el entrenador Ekapol Chantawong, a las 18.46.

“Hicimos posible lo imposible”, anunció Narongsak Ossottanakorn, gobernador local, a periodistas de todo el mundo congregados en el lugar de los hechos. El gobernador, que también fue el responsable de la célula de crisis, declaró que espera que este incidente sirva de ejemplo a los niños para que tomen conciencia sobre la importancia de la seguridad.

Los primeros ocho niños –rescatados el domingo y el lunes– se encuentran “bien de salud”, aseguraron las autoridades, pero permanecerán hospitalizados en cuarentena, bajo seguimiento psicológico y con anteojos de sol para proteger la vista. Los pequeños fueron sometidos a radiologías y análisis de sangre, cuyos resultados se conocerán en unos días. Dos de ellos, que mostraban síntomas de neumonía, recibieron antibióticos y ya se encuentran en un “estado normal”, según informaron desde el hospital. El estado de los cuatro chicos restantes y su entrenador será examinado durante las próximas horas.

Jessada Chokedamrongsook, secretaria de salud de Tailandia, explicó que los niños, que ocupan la octava planta del centro hospitalario, “serán evaluados por los médicos durante un período de cinco a siete días”. Los niños aún no han podido abrazar a sus padres por motivos de precaución ya que, tras pasar más de dos semanas atrapados en la cueva, están con las defensas bajas y pueden contagiarse alguna enfermedad.

El pasado 23 de junio, los 12 niños y su entrenador ingresaron luego de una práctica de fútbol en la cueva Tham Luang, en el norte de Tailandia, y quedaron atrapados por las fuertes lluvias que inundaron el lugar. Los trece jóvenes pasaron nueve días en la oscuridad y sin comida, hasta que dos buzos británicos lograron dar con ellos, el pasado 2 de julio. Tras el descubrimiento, varios socorristas les llevaron alimentos, curaron sus heridas y los asistieron psicológicamente, buscando mejorar su ánimo y prepararlos para el rescate.

Una vez que se dio con el paradero de los niños, el equipo de rescate revisó distintas posibilidades para sacar a los jóvenes, desde cavar túneles por la montaña hasta hacerlos esperar bajo tierra durante semanas hasta que las condiciones climáticas mejoraran. Sin embargo, ante la amenaza de nuevas lluvias y de una bajada de los niveles de oxígeno en la cámara en la que estaba refugiado el grupo, las autoridades decidieron el domingo iniciar la evacuación. 

Aunque la mayoría de los chicos no sabía nadar, el grupo tuvo que aprender rápidamente a bucear para poder salir. Durante el operativo, cada niño fue acompañado por dos buzos, uno delante y otro detrás, debido al riesgo del trayecto, que tenía varios tramos inundados y con nula visibilidad. La dificultad de la operación de rescate quedó demostrada con la muerte de un buzo de 38 años, antiguo miembro de la marina tailandesa, que perdió la vida durante una misión de abastecimiento.

El equipo que logró dar un final feliz a la trágica situación de los pequeños estuvo compuesto por trece buzos extranjeros y cinco miembros de la unidad SEAL de la Marina de Tailandia. En total, en la operación de rescate trabajaron unas 90 personas. La mayoría son miembros de la Royal Thai Navy y de otras fuerzas especiales de carácter militar procedentes de Reino Unidos, Australia, Estados Unidos y otros lugares del mundo.

El caso fue cubierto por periodistas de todo el mundo y distintas figuras enviaron su apoyo a los 13 jóvenes que permanecían hasta ayer atrapados en la cueva: el presidente estadounidense Donald Trump, el especialista en tecnología Elon Musk, el fubolista Lionel Messi, la primera ministra británica Theresa May y la ex primera ministra tailandesa Yingluck Shinawatra, entre otros. A pesar del extenso perímetro de seguridad que instalaron las autoridades tailandesas alrededor de la cueva, ante la llegada masiva de periodistas, hubo algunos roces respecto de la cobertura mediática y la policía anunció ayer la apertura de una investigación después de que dos drones utilizados por medios de comunicación para obtener imágenes de los niños el lunes entorpecieran la labor de los helicópteros que evacuaron a los chicos.