Barack Obama, el primer mandatario afrodescendiente en la historia de Estados Unidos, rindió ayer homenaje al ex presidente sudafricano Nelson Mandela en el centenario de su nacimiento, con un discurso en el que se refirió a un futuro de la humanidad en “encrucijada”.

 “En el cumpleaños número 100 de Madiba (apodo de Mandela), nos encontramos en una encrucijada. Un tiempo en el que dos visiones diferentes sobre el futuro de la humanidad compiten sobre quiénes somos y quiénes deberíamos ser”, dijo el ex presidente demócrata.

 “Es un honor para mí estar aquí, reunidos para celebrar el nacimiento y la vida de uno de los verdaderos gigantes de la historia”, remarcó en una ceremonia celebrada en un estadio de cricket en Johannesburgo, al que asistieron miles de personas. 

Obama describió cómo el mundo parecía tomar un rumbo progresista más estable durante el cambio de siglo, pero que luego el orden internacional fracasó en cumplir algunas de sus promesas y el resultado fue un ascenso de la política “reaccionaria”.

En lo que fue leído como una alusión velada a su sucesor, Donald Trump, Obama dijo que el mundo atraviesa “tiempos extraños e inciertos”. “Todos los días las noticias traen cada vez más titulares vertiginosos y perturbadores”, expresó. “Más de un cuarto de siglo después de que Madiba saliera de prisión, todavía debo estar aquí diciendo que las personas de todas las razas y hombres y mujeres son iguales”, dijo Obama ante el aplauso generalizado del público.

La viuda de Mandela, Graca Machel, también ponderó su legado, aunque también reconoció que su marido “dijo en varias ocasiones que no era un santo”.”Madiba y sus contemporáneos sentaron una sólida base para la generación de hoy”, agregó. “La juventud de este país debe seguir sus pasos, ya que son suyas las promesas de justicia económica y social por cumplir.”