“Hay un montón de conocimientos propios de esta época que la universidad no logra incorporar adecuadamente, en especial competencias y habilidades vinculadas con las nuevas tecnologías”, define Fernando Peirone, director del flamante Observatorio Interuniversitario Sociedad, Tecnología y Educación (Oiste). Se trata de una iniciativa conjunta de las universidades nacionales de San Martín (Unsam), José C. Paz y la Pedagógica (Unipe), cuyo objetivo es investigar, debatir y repensar la educación superior argentina ante los cambios globales. 

El proyecto nació a partir de un diagnóstico (y una preocupación) compartida por las tres universidades: hay un desajuste cada vez más pronunciado entre lo que se enseña y aprende dentro de las aulas y los conocimientos que demanda una realidad en constante transformación. Ante este panorama, crearon el Oiste como un primer punto de encuentro para investigar sobre la relación entre las instituciones educativas y el mundo actual desde una lógica interdisciplinaria, que incluya miradas sociológicas, tecnológicas, culturales, antropológicas, filosóficas y económicas.

El observatorio realizará actividades de investigación, difusión y capacitación y aportará a docentes, investigadores y estudiantes información actualizada que incentive la reflexión sobre sus conocimientos, su comunidad y las formas de enseñanza. Además, se propone formar parte del proceso de formulación de políticas públicas sobre educación y procesos productivos, y establecer vínculos e intercambios interinstitucionales con universidades y centros de investigación nacionales y extranjeros.

En diálogo con PáginaI12, Peirone señaló “los desajustes” entre la universidad y la realidad actual, en particular en lo referente a la cultura vinculada con las nuevas tecnologías. “La universidad tampoco puede reconocer el carácter epistémico de estos nuevos conocimientos, y entender si forman parte de los patrones de lectura de la realidad propios de la edad moderna, o si son algo diferente”, señaló. 

La pregunta central sería entonces: ¿hay una transformación tal que requiere repensar toda la educación de nuevo? “Para poder responder, para decidir los cambios pedagógicos adecuados, antes tenemos que entender con profundidad de qué conocimiento hablamos, investigar su carácter epistémico y su impacto pedagógico. A eso viene el Oiste”, afirmó Peirone, docente e investigador de la Unsam y coordinador de las Tecnicaturas informacionales de la Unpaz.

“Históricamente la universidad se vio obligada a hacer modificaciones ante los cambios sociales. Pero no hay antecedentes de un cambio tan abrupto. Nunca como hoy hubo un lenguaje paralelo basado en emoticones, por ejemplo. Nunca hubo mil vocablos nuevos al año. Todo esto genera una crisis inevitable en todas las instituciones, que se ven obligadas a repensarse, entre ellas la universidad”, agregó el director. 

A estos interrogantes intentará acercarse la principal línea de investigación del Oiste, que está abocada a estudiar las implicancias y proyecciones de los saberes tecnosociales emergentes en la educación superior. Entre otros proyectos del observatorio se cuentan un relevamiento comparativo de datos cuantitativos y cualitativos sobre las universidades argentinas, sus estudiantes y los conocimientos emergentes, y un estudio sobre saber juvenil en las escuelas, que explorará los conocimientos tecnosociales que poseen los estudiantes de primer ciclo de nivel secundario. 

Informe: Inés Fornassero.