Andrés Fassi aplaudió de pie a Mauricio Macri como todo el auditorio. El presidente de Talleres era uno de los 913 asistentes al encuentro festivo por el 41º aniversario de la Fundación Mediterránea, de la que surgió Domingo Cavallo. El salón del hotel Sheraton cordobés estaba colmado para escuchar al otro presidente que había ido a hablar de una “tormenta”. La palabra que más pronunció en los últimos días. Hay empatía entre las ideas de los dos. No es de ahora. Otro presidente, Daniel Angelici, mantuvo cuatro reuniones en Miami con el dirigente que vive en México y está por mudarse a su provincia. El de Boca –ya se sabe– es el alter ego de Macri. Hablaron de operaciones varias entre ambos clubes, como la de Lucas Olaza, el último refuerzo en sumarse al plantel que conducen los mellizos Barros Schelotto. Pero más allá de los pases que se volvieron frecuentes entre las instituciones, hay un proyecto que los desvela a los tres. Y es el que alienta desde hace dos décadas el ahora gobernante. La implantación de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en la Argentina. Un mimo al mercado que no tiene audiencia en el país.

A Macri lo presentó el periodista Miguel Claria. Los dos se sacaron una selfie sonrientes e hicieron bromas sobre el técnico que le gusta al Presidente para la Selección: Jorge Almirón. Es el entrenador que tiene como representante al empresario Christian Bragarnik. Que también maneja los contratos de Juan Pablo Vojvoda, el entrenador de Talleres. Angelici le sugirió a Fassi que apelara a sus servicios. Con la misma facilidad que la dupla vendió, compró y alquiló jugadores entre sí, en estos años de bonanza futbolística. La lista es larga. Cristian Pavón, Emanuel Bebelo Reynoso, Andrés Cubas, Juan Cruz Komar, Nazareno Solís, Sebastián Palacios, Marcelo Torres, Alejandro Maciel, Alexis Messidoro y ahora Tomás Pochettino y Gonzalo Maroni, además del mencionado Olaza. Doce, demasiados desde 2014 hasta hoy para dos clubes muy grandes, uno en todo el país y otro en una de las principales provincias. No hay tanta asimetría como para que uno sea filial del otro. Pero sí demasiadas afinidades comerciales, incluso políticas.

Fassi es un profesor de educación física que nació el 29 de enero de 1962 y forjó su trayectoria profesional y empresaria en México. Hombre dinámico, se desdobla entre Pachuca –ciudad a la que se conoce como la cuna del fútbol en ese país– y Córdoba. Preside Talleres desde el 16 de noviembre de 2014, al que casi diez años antes le habían decretado la quiebra. Sus exitosos resultados económicos y deportivos hicieron que Macri y Angelici posaran su mirada en él. Lo ven como un aliado necesario para instalar las sociedades anónimas deportivas, a imagen y semejanza de las que se impusieron en tierras mexicanas. Allá es socio del empresario Jesús Martínez Patiño, cuyo patrimonio describió en detalle el periodista cordobés Hugo Caric en el diario Perfil de su provincia: “Controla los clubes Pachuca, León, Coyotes y Mineros y también es dueño del Everton de Chile…”, escribió el 29 de julio pasado. En ese artículo, Martínez Patiño dijo que “Andrés sigue siendo parte del Grupo Pachuca y hasta es socio y todo…”. Ocupa la vicepresidencia 1º para más datos.

Fassi tiene decidido radicarse en Córdoba porque se lo demanda la presidencia de Talleres. Su mandato se extiende hasta 2021, pero bien podría seguir durante un tercer período –hasta 2025– porque reformó el estatuto del club que ahora se lo permite. Macri consiguió algo semejante cuando estaba al frente de Boca. Los hermana una idea que el presidente de la Nación persigue a rajatabla. Que los clubes sean controlados por capitales privados prescindiendo de sus socios, licuándoles su poder estatutario y de ser posible, el patrimonio que levantaron a través de varias generaciones con y sin respaldo del Estado. 

Dicen que el sistema sería optativo para suavizar su postura, pero lo que pretenden es hacer negocios rentables con el patrimonio ajeno. En España las SAD se impusieron por la Ley 10/1990 y mediante el decreto real 1251/1999. Pueden cotizar en la Bolsa, aunque hasta hoy y después de casi veinte años, ninguna –y son la inmensa mayoría– se presentó en el Mercado de Valores. Fue por dos razones: las apetecibles potencias futbolísticas, Real Madrid y Barcelona, permanecieron como sociedades civiles. La otra es que las SAD no pueden presentar pérdidas en sus balances durante cinco años consecutivos. Casi ninguna cumple hoy ese parámetro. En abril pasado, Javier Tebas, el gurú de estas iniciativas y presidente de la Liga española, dijo que en dos años algún club intentará esa apuesta. 

En la Argentina, adelantándose a todos, Macri hizo un experimento en el Merval con el fondo común de inversión La Xeneize. No pudo llegar a tanto como las SA, porque Boca no lo era. Tampoco lo será. Sus socios no lo permitirían. En esa lucha están unidos con los de River, Racing, Independiente, San Lorenzo, Huracán y los demás. La Coordinadora de Hinchas que salió a la cancha en diciembre de 2016 marca el clima de época y la impopularidad de las iniciativas como las del trío Macri, Angelici y Fassi.

Pese a la resistencia creciente contra las SAD, el presidente de Boca no descansa. Es el operador top del oficialismo. En la semana que pasó volvió a escucharse que iría a la carga con el tema al Comité Ejecutivo de la AFA y a la Superliga. Luis Chebel, vicepresidente 1º de Lanús, le dijo a PáginaI12: “Una cosa es que la AFA vaya a considerar un proyecto así y otra que lo apruebe. Esto no va a suceder, es más de lo mismo. No lo avalaría una asamblea. El martes hay reunión de la Superliga y tampoco está entre los temas del día”. 

La relación entre Fassi y Angelici está a la vista y por carácter transitivo desemboca en Macri. El empresario suele exponer sobre el modelo de gestión Talleres. Quizás encuentre semejanzas con el del gobierno nacional, que “aplaudo” (textual sacado de La Voz del Interior). En el mismo diario, el periodista Mariano Bergero escribió en enero pasado: “Desde un importante ministerio nacional bajó la orden para contactar al dirigente deportivo. La idea es conocerlo, escuchar qué visión tiene de Córdoba y del país y sondear su interés de participar”. Lo habrían tentado para ser candidato a intendente de la capital cordobesa. Al influjo de esa vieja regla no escrita, bien PRO, de buscar personajes vinculados al deporte para cargos electivos. Córdoba ha sido un laboratorio rentable para el macrismo. Ahí están el diputado nacional y ex árbitro Héctor Baldassi, el viceintendente de la docta y presidente del club Atenas, Felipe Lábaque, y el jefe comunal de Villa Allende y golfista, Eduardo “el Gato” Romero. Pero el de Talleres se diferenció de ellos: se comenta en Córdoba que declinó la oferta. 

Por ahora aplaude al presidente Macri y sus propuestas. También hace declaraciones como vicepresidente y dueño del Pachuca en México. A fines de abril, entrevistado por Espn y en el marco de un conflicto con el sindicato de futbolistas, dijo: “¿Cuántas personas en un país con 100 millones de habitantes como es México quisieran ser esclavos con 500 o 600 mil pesos mensuales? El jugador de fútbol es un privilegiado absolutamente y si acepta poner sus razones en una mesa de diálogo y nosotros también ponemos las nuestras, definitivamente podremos buscar un equilibrio”. 

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