Celso Amorim fue el canciller de Lula del primero al último día de sus dos mandatos. Ayer fue uno de los oradores en el lanzamiento de la candidatura. Allí brindó detalles del encuentro que mantuvo la semana pasada con el papa Francisco en el Vaticano, junto al ex ministro argentino Alberto Fernández. “Llegué hoy de madrugada (de Europa), tuve la inmensa honra de ser recibido por Su Santidad, en una audiencia que fue concedida doce horas después de ser pedida”, contó el diplomático. “El hecho de que el Papa haya accedido en doce horas al pedido de un amigo mío, un compañero argentino, Alberto Fernández y del chileno Carlos Ominami demuestra de que modo el mundo está acompañando la situación en Brasil”. La conversación “sobre la situación del presidente Lula” se prolongó por una hora en la residencia de Jorge Bergoglio. “Para no dejar dudas se su preocupación él (Bergoglio) mandó un mensaje por escrito, que recuerdo de memoria: ´A Luiz Inácio Lula da Silva con mi bendición, pidiendo que rece por mí ‘“ . Francisco, siguió el ex canciller, “ya había hablado de los golpes blancos que se realizan a través de la infamia, de la manipulación de los medios y del Poder Judicial”. Amorim también citó el apoyo que el jefe del PT recibió recientemente de ex presidentes latinoamericanos, europeos y de legisladores norteamericanos. En el exterior están “perplejos con el estado de excepción que vive Brasil que se aproxima al fascismo e impide la manifestación de popular”, concluyó.