La causa del crimen por linchamiento de David Moreira en barrio Azcuénaga, tras el robo de una cartera, llega hoy a la última etapa antes del juicio oral y público, con tres imputados. Una de las cuestiones que se discutirá en la audiencia preliminar es la figura penal con la que las partes acusan a los sindicados de haber pateado y golpeado ferozmente a David, hasta dejarlo inconsciente, en marzo de 2014. Mientras la querella por la familia de la víctima pide que sean condenados por homicidio con ensañamiento y alevosía; el fiscal Florentino Malaponte apunta a que se trató de una muerte en riña. La diferencia es clave: la primera calificación tiene como pena la prisión perpetua; y por la más leve, el fiscal pide 6 años de prisión --el máximo para la figura de homicidio en riña--. “El que daremos es un paso trascendente, teniendo en cuenta que pasaron cuatro años y medio desde el crimen, y que esta audiencia llega un poco tarde. El caso ha quedado enterrado por todo el tiempo que pasó y por los componentes de la coyuntura, pero esto relanza un tema que sigue siendo cotidiano en el país”, dijo el abogado Norberto Olivares, quien representa a Lorena Torres, la madre de David. 

La disputa que se dará hoy, a partir de las 13, en la etapa previa al juicio, tiene que ver con una diferencia de interpretación sobre las responsabilidades de los tres acusados, ya que querella y fiscalía tienen una visión diferenciada sobre el mismo hecho. En los últimos meses, las partes intentaron llegar a un acuerdo sobre la acusación, para ir a juicio con la misma teoría del caso y la misma calificación penal; sin embargo, las coincidencias llegan al modo en el que se dieron los hechos, pero cada parte entendió que se aplican diferentes artículos del código penal. Así, el fiscal apuntó a una acusación menos gravosa para los imputados. 

En la audiencia se espera que la defensa de los imputados pida que ambas partes acusadoras apunten a una sola figura imputativa. “Lo que van a pedir es que los querellantes nos atemos a la figura que plantea el fiscal, porque es menos gravosa”, señaló Olivares, sobre lo que rechazará de plano. Esa situación será evaluada por el juez Hernán Postma, quien podrá pedir que se unifique la imputación o que la cuestión sea dirimida directamente en el juicio, frente a otro tribunal. Además, el magistrado deberá analizar y aceptar la prueba que las partes pretenden llevar al tribunal del debate. “Para nosotros corresponde perpetua, sin dudas, por los modos que se eligieron para atacar a la víctima”, aseguró el abogado.

En la investigación, llevó tiempo establecer quiénes participaron de la paliza. Seis meses después del hecho, Malaponte logró individualizar a dos jóvenes que dejaron evidencias en redes sociales y teléfonos celulares. También fue difícil que haya testimonios, ya que los vecinos hicieron una suerte de pacto de silencio, según acusaron en varias oportunidades los querellantes. Un video filmado con un celular, también ayudó en la pesquisa. En tanto, en mayo del año pasado, Fiscalía imputó a un tercer hombre, en libertad. 

David tenía 18 años cuando fue atacado por un grupo de vecinos, la tarde del 22 de marzo de 2014. Estaba con Isaías D. --que fue rápidamente condenado por robo-- y participaron del asalto a una mujer, en el que Moreira quedó atrapado por una horda de vecinos que lo pateó hasta dejarlo inconsciente, sin que el chico intentara defenderse. Los golpes fueron básicamente en la cabeza y los traumatismos le provocaron la muerte, tres días después. Los detalles de la investigación indican que David fue arrastrado por el asfalto, por media cuadra. Incluso, llegaron a golpearle la cabeza con la puerta de un auto. Cuando imputó a los primeros dos acusados Gerardo G. y Nahuel P., el fiscal Malaponte sostuvo que el ataque duró unos 15 minutos. Si bien en aquel momento se ordenó la prisión preventiva de los sindicados, pronto lograron el arresto domiciliario y no tardaron en lograr la libertad, hasta el juicio.

En redes sociales también se encontraron evidencias. Hubo vecinos que se manifestaron "orgullosos" de convivir en el mismo barrio que los atacantes; que justificaban la golpiza y prometían resultados similares a quienes se atrevieran a cometer hechos similares.

Para Olivares, en todo este tiempo, “en el país la cuestión de los linchamientos sigue siendo una manifestación cotidiana que tiene que ver con la legitimación social para que se repitan situaciones”, lamentó.

Entre las pruebas que buscan llegar a juicio, aparecen una docena de llamadas al 911 que describen los hechos y requieren la inmediata presencia de personal policial y de una ambulancia. También se lograron testimonios y Fiscalía recibió una captura de pantalla del perfil público de la red social Facebook del último imputado --Cristian A.--, que exhibe una foto de la víctima luego de ser agredido, con un comentario incriminante: “Le dimos entre todos”.