Una joven murió en una cama del Hospital Juan C. Sanguinetti de Pilar por haber intentado interrumpir su embarazo. Se trata de una mujer de 30 años, madre de cuatro hijos. El hecho ocurrió el lunes, el mismo día en el que Elizabeth fallecía en San Martín por las complicaciones tras realizarse un aborto clandestino con un perejil.

El doctor Esteban Sieling, director ejecutivo del hospital, confirmó la noticia esta mañana y aclaró que el caso está “relacionado con un aborto provocado, no espontáneo”. "Provocado por ella misma", agregó.

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"No tenemos permiso de los familiares para dar información, es un tema legal", sostuvo Sieling y explicó: "Cuando la Justicia toma conocimiento se intenta proteger la historia clínica y no podemos brindar información del paciente ni de hechos de la historia clínica". El médico sí desmintió los rumores que hablaban de que la víctima era menor.

Según pudo averiguar Página/12, la paciente ingresó con un diagnóstico de aborto incompleto, por lo que se la trató según el protocolo para estos casos. En un principio la joven evolucionó favorablemente a los antibióticos que le suministraron pero finalmente su cuadro empeoró hasta su muerte.

Se trata de la segunda muerte vinculada a un aborto que alcanza estado público desde que la Cámara de Senadores le dio la espalda al reclamo de millones de mujeres e impidió la sanción del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo. También es el segundo caso en esta semana en la provincia de Buenos Aires, cuya gobernadora, María Eugenia Vidal, dijo que sentiría "alivio" si el Senado no aprobaba la ley.