“El culo es el lugar del chiste”, dice con razón y bien temprano en el film Hemorroides: La película el artista plástico y poeta argentino Guillermo Iuso. Habla del chiste por no decir la burla: un culo con hemorroides equivale, para tantas y tantas personas, a un culo roto, con las consecuentes sospechas en relación a esa rotura. Para desarmar estos tabúes, porque antes que animarse a hablar de hemorroides hay que disponerse a hablar de culos y mucosas y várices, el trío fantástico de artistas Básica TV creó un documental que no sólo exprime a sus entrevistadxs en los baños de sus propios hogares en búsqueda de respuestas sino que ofrece información médica alopática y alternativa, además de remedios domésticos y coreografías ilustrativas (!) de aquello que ocurre sobre el extremo final del tracto digestivo humano cuando las hemorroides aparecen y evolucionan.

Los títulos iniciales se despliegan con un recorrido anal (sí, como suena) que presenta a algunas de sus estrellas protagónicas no humanas (un puñado de globos, salsa tabasco y pimentero, un bidet, una compuerta de caja fuerte), mientras que los créditos finales anteceden una larga toma del bendito órgano del dolor y del placer, esta vez dilatada su luz para dejar ver otras, multicolores, provenientes de un láser de discoteca y que varían de tono y dibujo al ritmo de una de las canciones compuestas especialmente por el cantautor compatriota de las Básicas, el talentoso Crazy Man.

¿Qué parte del tabú y qué parte de la naturaleza innegablemente natural de las hemorroides les interesaba desenterrar con el documental?

Emilio Bianchic: Nos encantan los baños; queríamos entrevistar a las personas poniéndolas en sus baños y que hablaran desde ahí, en ese lugar donde siempre estás solo, un espacio re privado, y volverlo más público. Lo mismo con el culo. Antes nos interesaban el HPV y otras cosas, queríamos hacer una obra de paisajes con HPVs, y de ahí empezó nuestro interés.

Luciano Demarco: –En ese momento hablábamos de que todo el mundo tiene HPV y cómo eso nos conectaba a todxs, y las hemorroides en un punto tienen eso también, y más el ano, que es eso que nos conecta a todxs más allá del género: es el órgano que todas tenemos. 

Guzmán Paz: Si buscás “hemorroides” en YouTube no hay mucho, salvo algunos videos que tienen una voz robot, y nos pareció interesante porque no es muy hablado y nos permitía irnos para temas que nos interesaban: el culo, la sexualidad… (Nota del autor: esa misma voz robot, o una parienta cercana, cobra cuerpo en pantalla desde un altavoz bluetooth ínfimo y provee las definiciones indispensables que de las entrevistas no emanan).

¿Cómo llegaron a sus entrevistadxs? ¿Qué tan arduo fue conseguir respuestas así de honestas?

L. D.: De algunas personas ya sabíamos desde antes que íbamos a entrevistarlas porque nos hablaban de sus hemorroides, por ejemplo nuestra amiga Joe, que habla de todo eso sin pudor, y Astromelia, una drag uruguaya. De otres entrevistades sabíamos que tendrían cosas interesantes para decir, como una persona que reveló recién en la entrevista que tenía hemorroides. Hubo un level de sorpresa. Lo planteamos así, como una charla entre amigas, y supongo que de ahí se dio el tono, que es el que queríamos, re casual... (Risas).

E. B.: Estábamos tipo productoras de reality tipo Drag Race, llevando a las personas entrevistadas a los lugares que queríamos con nuestras preguntas.

G. P.: Ahí nos dimos cuenta de que éramos buenas entrevistadoras. Se sentían re a gusto y nosotras también, entonces medio que la conversación quedaba re íntima, en los baños, con la cámara ahí, que documentaba todo.

En el texto de sala, firmado por la curadora norteamericana Kerry Doran, se hace referencia al concepto de terror anal que nos entregase Paul B. Preciado hace unos años; es decir, las hemorroides son incorrectamente asociadas al sexo anal, como se mencionó comenzando esta nota, y nada que provoque mayor miedo en un hombre cisheterosexual que la socialización de su culo, más todavía bajo sospecha. Bien lo destaca Astromelia en el film: “Los heterosexuales se tocan el culo sólo para limpiárselo”. Este pánico, desde ya, mucho más tiene que ver con la condena del resto que con el pudor propio. El tema, a diferencia de lo que este film consigue, se mantiene bajo llave; es que lo anal aún se ubica tras varias capas de indecibilidad, sin distinción de género fuera del temor masculino descripto. Véase si no el caso de la infame trilogía El ciempiés humano, del director danés Tom Six, que con mayor o menor explicitud se dedicó a revisar y retorcer el fetiche del scat (la práctica erótica consistente en llevar heces a la boca), en este caso hecho experimento sádico de un delirante que sutura anos de unes con bocas de otres. El escarnio automático de Six, más allá de la calidad cinematográfica de su trilogía, se debió sin dudas al atrevimiento de animársele a algo tan sagrado, por lo oculto, y tan supuestamente enfermo como es el ano, para peor rostro protagónico. El proctólogo amable y de rigor entrevistado en “Hemorroides” lo dice con la cuota de risas que de seguro habrá sido neural en su cotidiano médico y social a lo largo de los anos, perdón, años: “Es más fácil decir ‘me infarté’ “. Preferimos, parece, un corazón peligrosamente quebrado antes que un culo herido por un rato.

Hemorroides: La película forma parte de la muestra Rectum y se proyecta el sábado 8 desde las 17. Luego martes y jueves a las 21, y sábados siguientes, a las 20 y 22.   UV Estudios, Humboldt 401.