Mas allá del bodegón

Pablo Mehanna

Un bodegón, pero con mucha vuelta de tuerca. Eso es Mengano, recién abierto en una coqueta casa palermitana. Living, comedor y vestíbulo fueron reconvertidos para disfrutar de una charla amena y muy ricos platos de los clásicos bodegones porteños, rediseñados por la afilada mente del chef de la casa, Facundo Kelemen. Los que deseen seguir su trabajo de cerca, podrán ver el aceitado funcionamiento de la cocina abierta e integrada al salón principal. 

Para aquellos indecisos que suelen meter la cuchara en el plato ajeno (en términos literales) lo mejor es ir por la variedad de raciones. Y, para los que tienen las cosas más claras, hay ricos platos principales. Entre los primeros, merecen ser probadas las croquetas de maíz en dos variantes, acompañadas por dos jugosos langostinos ($190); el revuelto Gramajo con cebollas caramelizadas y queso de cabra ($210) y el tartare de cordero con dulce de membrillos, alcaparras y torta frita ($240). De los principales, la milanesa de asado de tira con puré mixto y ensalada ($490) es un hallazgo; y el pescado a la sal con manzana verde, miso y bagna cauda ($520) muestra combinaciones poco usuales que funcionan a la perfección. Con una carta acotada, Mengano deja así en claro su postura gastronómica: platos argentinos con el toque de un cocinero que volvió de Nueva York con una valija cargada de ideas.

Solo hay tres postres en el menú y es difícil decidirse por uno solo; si hubiera que hacerlo, sería el semifreddo de arroz con leche con vauquita ($210), esa sensacional golosina porteña que pone a cualquiera al borde del coma diabético. Probarlo es un viaje a sabores de la infancia. La carta de vinos tiene algunas sorpresas: mucha bodega chica, mechada por vinos más conocidos de Catena y Zuccardi. La botella más económica arranca en los $490.

Si hay crisis, que no se note: un nuevo restaurante abre sus puertas. Y si sigue en esta línea, probablemente continuará abierto por muchos años más. 

Mengano Bodegón queda en Cabrera 5172. Teléfono 4773-1887. Horario de atención: martes a sábados, de 20.30 al cierre.


Familiar y de barrio 

Pablo Mehanna

Ahí nomás de la estación Vicente López de la línea Mitre, donde se ha formado un pequeño pero contundente polo gastronómico, está CUT Restó, una parrilla de registro familiar, un lugar donde la sobriedad de la decoración acentúa la propuesta culinaria. Si hay algo que distingue a CUT de otros es la calidad de su carne: luego de una exhaustiva búsqueda, Gastón Boga Michaud encontró excelentes proveedores, cada uno especializado en un corte diferente. La entraña ($450) y el asado banderita ($410, finito y con hueso) son de lo mejor de la parrilla y ambos se acompañan con papas fritas y puré de calabaza. De las entradas, el chorizo tiene un sabor distinto, más parecido a una salchicha parrillera ($120) y la provoleta llega a la mesa en el punto perfecto (algo no tan usual), sumando papas, rúcula y parmesano ($275). La variedad de aliños también agrega a la propuesta; los hay picantes o agridulces, todos deliciosos. Y la hamburguesa CUT merece un lugar en el podio a lo más rico de la casa, con su queso azul, huevo frito, cebollas caramelizadas, tomate, lechuga y mostaza ($315). 

Como no solo de carne roja vive la humanidad, la carta contempla otros gustos. Las pastas son caseras (desde $240), hay siempre un risotto del día ($250), un wok de vegetales al hierro ($260) y una trucha orgánica con manteca de hierbas y cítricos ($410) que hará dudar a más de un amante de la bondiola. Otra opción: pedir la carne sorpresa del día, que varía entre ñandú, liebre, jabalí o ciervo. De postre, el flan ($80) es una parada obligada en esta ruta del sabor albiceleste. En materia bebidas, la carta de vinos propone algunas etiquetas para conocer, desde vinos orgánicos a bodegas clásicas y algunas joyitas que no fallan (desde $210). Y si bien hay agua, es bienvenida la presencia del sifón en la mesa y, por qué no, un vemut para arrancar sentados abajo, cerca de la parrilla y el horno, o en el piso de arriba, más alejados del mundo. 

Un restaurante de barrio, abierto a toda visita.

CUT Restó queda en Gral. J.J. de Urquiza 802, Vicente López. Teléfono: 4795-5655. Horario de atención: martes a sábados de 12 a 15 y de 20 a 24; domingos de 12 a 15. 


Devoto sigue sumando

Pablo Mehanna

Hasta hace no mucho Villa Devoto no tenía mucha oferta gastronómica. Al menos, no con la diversidad de ahora. Un ejemplo es Mecha, que abrió hace seis meses sorprendiendo por su diseño y decoración. Una vez franqueada la entrada a través de un pequeño patio, se llega a un amplio salón con mucha madera y vidrio y, en el centro de todo, una magnífica cava. Al fondo, frente a una enorme barra previa a la parrilla, hay una serie de cubos vidriados que se alternan con pasillos al aire libre. Y al mando de todo este reino está el chef Abdala Ghisays, que en pocos meses convirtió este restaurante en una parada favorita del barrio, con una carta sólida donde combina cortes de parrilla y platos principales. 

Para arrancar, va muy bien la morcilla con manzana, nabo, pasas rubias y perejil ($180), tambiénla simil provoleta de queso halloumi, con cayote y ajíes en vinagre ($260) o el chorizo con papas fritas, provenzal y huevo a 65°C ($180). El menú de la parrilla está dividido por Carnes, Básicos, Mar y Río; dentro de los principales hay un garrón de cordero en cocción lenta y cous cous especiado ($425) y la pasta italiana rotolo, que consta de un rollo de masa de yemas, ricota fresca y espinaca con crema y parmesano ($360). Las ensaladas también tienen vuelo, como la de tomates, hojas de albahaca, naranjas y bocconcinos ($250). Los postres son sobresalientes, en especial el flan de coco con dulce de leche y crema; y la mousse de dulce de leche con mascarpone y bizcocho ($190). 

Pegadito a Mecha acaba de abrir el bar, que se comunica por el interior y comparte espacio, aunque su propuesta sea bien diferente. Al mediodía, hay menú del día, de dos o tres pasos con bebida sin alcohol; a la tarde, el té Mecha que incluye dos infusiones, jugos de naranja, tres propuestas saladas y dulces ($700). Próximamente también abrirán a la mañana con desayuno y un brunch. 

Crece Devoto, con vecinos que pueden hoy comer allí lo que antes buscaban en barrios de la ciudad. 

Mecha queda en Mercedes 3939. Teléfono: 2130-5049. Horario de atención: todos los días de 12 al cierre.