La crisis que atraviesa la economía es atribuida por el presidente Macri al “error del gradualismo”. El excesivo gasto público luego de 12 años de populismo sería la fuente del déficit en las cuentas del Estado. Esa pesada herencia no pudo ser enfrentada con un fuerte ajuste inicial, dado que su doloroso costo social hubiera dificultado la consolidación política de Mauricio Macri. La alternativa fue un ajuste gradual que precisó de financiamiento internacional para evitar continuar con la emisión inflacionaria. Al interrumpirse esa fuente de financiamiento por el estallido de la crisis turca, no queda otra opción que el ajuste que pide el FMI. La tesis oficial del error del gradualismo tiene una larga serie de inconsistencias. 

Por un lado, si la preocupación era el déficit público, poco se entiende que la política de los últimos años se haya dedicado a intentar reducir ingresos fiscales mediante la baja de retenciones, Impuesto a las Ganancias, aportes patronales a la Anses. Tampoco que se impusiera una dolarización del costo de los servicios públicos, que mantuvo un elevado gasto de subsidios pese a los brutales tarifazos. La transferencia de ingresos hacia las bases sociales del gobierno fue una prioridad respecto a sanear las finanzas del Estado durante el “gradualismo”.

Por otro lado, la elevada inflación durante los casi tres años de modelo M muestra que la hipótesis de que su causa era el financiamiento del déficit público con emisión es falsa. El reemplazo de la emisión monetaria por la toma de créditos externos en el financiamiento del déficit público no redujo la inflación. Tan sólo agregó un elevado riesgo cambiario en las finanzas públicas, que ven crecer exponencialmente el gasto de intereses y amortización de deudas externas, con cada devaluación.

Tampoco son elementos externos los que provocaron la irrupción del financiamiento internacional. El cierre de los mercados para los bonos argentinos fue comunicado al equipo económico de gobierno en febrero de este año, mucho antes de que estallara la crisis turca. La supuesta causa fue la saturación de papeles argentinos luego de dos años liderando la tabla de emisión de deuda entre los países de la región. Fueron esos mismos bancos los que solicitaron que el gobierno acuda al FMI para garantizar el dudoso cobro de sus créditos con los dólares de aquel organismo público.

Pero el error fundamental de la tesis oficial es no tener en cuenta que la verdadera pesada herencia era el déficit externo del sector privado, y no el déficit de las cuentas públicas. Es más, el endeudamiento externo del Estado fue la fuente de dólares que financió el déficit comercial, de turismo y la fuga de capitales del sector privado durante los primeros años de gestión M. El cierre de los mercados de créditos para la colocación de títulos públicos, dejó a la economía sin una fuente estable de divisas, empujándola a la actual situación de permanente corrida cambiaria.

@AndresAsiain