El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, reveló ayer que habla “prácticamente todos los días” con Raúl Castro, líder del gobernante Partido Comunista y su antecesor en el cargo, con el que tiene una relación “muy personal”. Díaz-Canel dio una entrevista a la cadena Telesur, la primera que ofrece desde que asumió la presidencia de Cuba hace cuatro meses.

Díaz-Canel afirmó que el pueblo cubano “está muy consciente de que Raúl está presente, está activo y está siempre al tanto, de todo lo que está sucediendo”. Por ello, consideró que “en todo lo que se hace hay una comunidad de compromiso del Partido, del Gobierno, de la Nación, con el pueblo” y dijo que se siente “muy seguro” al igual que los integrantes del Consejo de Ministros y del Gobierno “por tener esa línea, esa conducción y por la manera en la que él educa”.

“Él está pensando también en la continuidad de la revolución, en el futuro de la revolución, cuando generaciones que ninguna, ni la mía ni las futuras, van a tener el mérito histórico que pudieron alcanzar Fidel Castro, Raúl y la generación que ellos lideraron”, señaló el actual presidente de la isla, de 58 años. Resaltó el ejemplo y el mucho compromiso que para él representa el “estar transitando, dando los pasos por los caminos que ellos abrieron, caminando detrás de dos gigantes”.

Al valorar los primeros meses de su gobierno, Díaz-Canel señaló que fueron  semanas de “mucha experiencia” y “reflexión” en las que se ha hecho un “ejercicio colectivo” con el Consejo de Ministros bajo el concepto de gobernar “para el pueblo, por el pueblo y para la revolución”.

También se refirió al proyecto de nueva Constitución que actualmente es sometido a debate popular en la isla para su posterior aprobación en un referendo y consideró que ese texto será “robustecido” con la incorporación de los aportes de esa discusión. Preguntado por temas del proyecto de reforma constitucional que han resultado polémicos en el debate como los límites a la concentración de la propiedad y la riqueza, señaló que la discusión está en lo que “debe estar en la Constitución y qué en las leyes y los procedimientos”. A su juicio es “el debate y la sabiduría popular quien va a decir la última palabra”. 

Se mostró de acuerdo asimismo, tal y como propone el borrador de la nueva Constitución, en modificar la definición de matrimonio en el texto, lo que abriría las puertas a la eventual aprobación de una ley que avale el matrimonio homosexual en la isla.

El gobernante sostuvo que coincide con el enfoque del reconocimiento de ese tipo de unión entre personas “sin limitaciones” porque el país y las concepciones van cambiando. “No estamos en una burbuja de cristal y vamos viviendo realidades”, aseguró.