El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, está dispuesto a desmantelar su principal complejo nuclear. Así lo informó el presidente surcoreano, Moon Jae In, tras dos días de reuniones con su homólogo norcoreano en Pyongyang.  Kim pidió a cambio que se lleven a cabo medidas correspondientes por parte de Estados Unidos, aunque no se especificó cuáles. En una conferencia de prensa conjunta, Moon dijo que su par norcoreano se  mostró dispuesto a permitir el ingreso de inspectores atómicos internacionales para verificar el cierre de Yongbyon. En este complejo hay un reactor nuclear y una instalación de reprocesamiento que pueden generar plutonio apto para armas atómicas, así como un centro para el enriquecimiento de uranio.

“Hemos acordado convertir la península de Corea en un país de la paz sin armas nucleares y sin amenazas nucleares”, afirmó Kim durante la conferencia de prensa. Siguiendo esa línea de discurso, Corea del Norte está dispuesta a desmantelar bajo supervisión de inspectores internacionales su instalación de pruebas de misiles en Sohae, en la costa oeste, así como la base de lanzamiento que se encuentra allí, señaló Moon. Expertos estadounidenses habían informado en julio que Corea del Norte había comenzado ya con el desmantelamiento de esa instalación, que desempeña un papel importante en el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales.  “La desnuclearización completa se encuentra en un futuro no tan lejano”, afirmó Moon. Sin embargo, no está claro cuándo y cómo se llevará a cabo el desmantelamiento del complejo nuclear norcoreano y qué espera Kim a cambio.  Los analistas creen que el líder norcoreano pide como concesiones a Estados Unidos el levantamiento total o parcial de las sanciones, así como garantías de seguridad. 

En otra muestra de acercamiento entre ambos países, el líder norcoreano anunció también que quería visitar pronto la capital surcoreana. De realizarse, sería la primera visita de un dirigente norcoreano a Seúl desde la partición de la península y permitiría al Norte y al Sur -técnicamente aún en guerra- reactivar proyectos de cooperación conjuntos. El líder norcoreano quiere que su país se beneficie de la potencia económica del Sur, mientras que Moon desea alejar de la península el espectro de un devastador conflicto intercoreano. Además, los dos países vecinos acordaron presentar una candidatura conjunta para la organización de los Juegos Olímpicos de 2032.

En una primera reacción, Donald Trump tuiteó ayer que era muy emocionante que Corea del Norte y del Sur hayan firmado un acuerdo que busca desnuclearizar la península y presentar una candidatura conjunta para los Juegos Olímpicos. Además de enumerar los logros de la cumbre, el mandatario destacó que los restos de soldados estadounounidenses de la Guerra de Corea (1950-1953) seguirán siendo devueltos a Estados Unidos.

También Rusia saludó los resultados de la cumbre. “Estas son buenas noticias”, comentó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en Moscú. El vocero del presidente Vladimir Putin subrayó que el diálogo intercoreano es una condición necesaria para avanzar en la solución de la disputa nuclear con Corea del Norte.

La alta representante para Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, aseguró, por su parte que el compromiso asumido por Corea del Norte de desmantelar el complejo de Yongbyon era un paso importante. “Esperamos que estos pasos aseguren un progreso concreto hacia el establecimiento de la paz y seguridad en la península coreana, libre de armamento nuclear”, dijo Mogherini. La política italiana señaló, además, que la cumbre entre las dos Coreas mostraba que la diplomacia era el camino. 

China también destacó la importancia del acuerdo logrado entre las dos Coreas. “Con esta declaración están mejorando los lazos bilaterales, rebajando la tensión militar en la región y avanzando hacia la desnuclearización y las negociaciones de paz”, remarcó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang. “Esperamos que ambas partes implementen con sinceridad la importante declaración (...) para contribuir a la solución pacífica del problema en la península y garantizar la paz duradera en la región”, añadió. Además de la Declaración de Pyongyang, firmada por Kim y Moon, los ministros de Defensa de los dos países suscribieron un acuerdo para reducir las tensiones en la península coreana. La idea es que Corea del Norte y Corea del Sur creen distintas zonas tapón y zonas de exclusión aérea cerca de la frontera, fuertemente vigilada. A partir del 1 de noviembre, las dos partes pondrán fin a sus respectivas maniobras militares cerca de la línea de demarcación intercoreana.