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violencias

Las esclavas se escaparon

El procesamiento del cantante de El Otro Yo, Cristian Aldana, por abuso sexual agravado y gravemente ultrajante y corrupción de menores es un signo de cómo se modificó la escucha de la voz de las víctimas y cuánto aire les da a ellas para poder terminar con la culpa y el secreto de lo que padecieron. Sin embargo, las tensiones no dejan de existir, la voz de Aldana sigue haciéndose escuchar en los medios y no faltaron otros defensores –como Gustavo Cordera– que derraparon mostrándose a sí mismos como presas de insaciables jovencitas a las que no llegan a preguntarles la edad porque no les dan tiempo antes de abrir las piernas. O como víctimas de policías del deseo y la moral –puede leerse a Alfredo Leuco en las redes– que les cierran los ojos frente a la belleza. Las chicas que acusan a Aldana, en cambio, denunciaron para sobrevivir y reivindican el placer y la curiosidad adolescente. Pero frente al abuso insisten: “No nos callamos más”.

Ariell, Felicitas Marafioti y Charlie Di Palma.
Ariell, Felicitas Marafioti y Charlie Di Palma.