Un equipo de astrónomos encontraron una relación entre el choque de galaxias y la voracidad de los agujeros negros que puede ser clave para resolver importantes incógnitas de la astrofísica, según los investigadores. “Gracias a este trabajo hoy estamos más cerca de resolver dos grandes enigmas de la astrofísica: cómo se formaron las galaxias y cómo crecen los agujeros negros supermasivos que viven en el centro de las mismas, y aún más importante, por qué ambos procesos están conectados”, sostuvo Ezequiel Treister, del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica de Chile. “Lo que descubrimos es que casi el 20 por ciento de los agujeros negros de rápido crecimiento, conocidos como AGN, están asociados a las últimas etapas del proceso de choque de galaxias, es decir, un poco antes de que se fusionen y formen un solo y colosal agujero negro”, precisó Treister, también investigador del Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA). El estudio reunió a una decena de científicos que fueron liderados por el doctor Michael Koss, de la Eureka Scientific Inc, de California, quien destacó que imágenes del trabajo “muestran lo que sucederá cuando nuestra galaxia, la Vía Láctea, se fusione con Andrómeda y sus respectivos agujeros negros centrales formen una espiral entre sí”. La investigación “podría conducir a predicciones sobre en qué tipos de galaxias podrían ocurrir estos eventos cósmicos”, añadió. El trabajo analizó casi 100 galaxias que contienen agujeros negros en proceso de crecimiento, sumadas a casi 200 galaxias inactivas utilizadas como comparación, explicó Treister.