El dólar cerró en 38,50 pesos, con un incremento de 1,07 pesos respecto al cierre anterior. Se trata de la mayor suba diaria desde finales de septiembre. Los inversores empezaron a desarmar sus posiciones en pesos y aceleraron la dolarización. El tipo de cambio mayorista cerró la semana en 37,60 pesos, al incrementarse en 1,10 pesos. La licitación de Lebac de esta semana que dejó en circulación más de 120 mil millones de pesos fue otro de los elementos clave para explicar la presión cambiaria. Los inversores, a diferencia de vencimientos anteriores, prefirieron refugiarse en la divisa en lugar de apostar a la tradicional bicicleta (el denominado carry trade) con las tasas de interés arriba del 60 por ciento anual. 

El Banco Central dejó de tener la preocupación de que el tipo de cambio retroceda por debajo del piso de la banda. Pero ahora tiene el problema de la volatilidad. El movimiento abrupto en el precio del dólar distorsiona la perspectiva de la población y provoca un incremento en las expectativas de inflación. Este no es el único desafío que enfrenta. La entidad monetaria pierde reservas a ritmo alarmante. El organismo cerró ayer con 51.731 millones de dólares en las reservas, al retroceder 100 millones. La institución a cargo de Guido Sandleris perdió 2311 millones de dólares desde el 30 de octubre, cuando ingresó la ampliación del Fondo Monetario Internacional por 5631 millones. Esto implica que en menos de 25 días ya se perdió el 41 por ciento de esas divisas. Esto confirma que los recursos aportados por el FMI tienen el exclusivo objetivo de garantizar el pago de intereses y capital de la deuda. 

El desgaste de los activos de la autoridad monetaria no es lo único que enciende luces de alerta en los informes de la city. El otro punto que marcan los analistas dedicados a la coyuntura económica es el avance exponencial de los pasivos monetarias. En el Central licitaron ayer Leliq por 134.844 millones de pesos, unos 2578 millones más respecto de la licitación del viernes anterior. El resultado es que se sigue sumando stock a las Leliq, el cual ya supera los 650 mil millones de pesos. La autoridad monetaria paga más de mil millones diarios en intereses. 

La tensión en materia cambiaria tiene impulso en el mercado interno. Pero además el frente internacional no colabora. La moneda norteamericana subió ayer un 1,2 por ciento en Colombia, un 1,0 por ciento en Chile, un 0,6 por ciento en Brasil y un 0,4 por ciento México. El dólar empieza a ser un activo de refugio global por el menor optimismo entre los inversores financieros. Las caídas de las bolsas de los países desarrollados es uno de los elementos destacados de las últimas semanas, a lo que se suma un debilitamiento notable del precio de los commodities. El más afectado es el petróleo, que ayer cerró con caídas del 7,7 por ciento (ver aparte).

La bolsa porteña subió 1,5 por ciento en pesos, un porcentaje que no llegó a compensar el incremento del dólar del 2,9 por ciento. La caída de la bolsa medida en moneda extranjera fue de casi un punto y medio. Los bancos fueron algunas de las acciones que registraron el mayor rebote. El Grupo Financiero Galicia marcó un alza del 4,4 por ciento, en tanto que el Banco Supervielle avanzó un 3,2 por ciento y el Banco Francés lo hizo en 1,9 por ciento. Se destacaron además los aumento del 2,2 por ciento de Pampa Energía, de 2,0 por ciento de YPF y de 3,2 por ciento de Aluar. 

El precio de los activos bursátiles valuado en dólares volvió a niveles previos a 2016. En el mercado perdieron la confianza y los inversores, más allá de rebotes puntuales, se desprenden de activos locales. Lo mismo ocurre con los bonos. En la jornada de ayer se anotaron bajas de casi 2 por ciento en algunos títulos y el riesgo país cerró en 683 puntos. Esto implica que hubo una suba de casi 80 unidades en las últimas dos semanas. La incertidumbre política para el próximo año es uno de los elementos que potencia la caída persistente de los bonos.