El módulo robótico InSight llegó a Marte y envió a la Tierra las primeras imágenes desde la rojiza arena de Elysium Planitia, como se denomina a la llanura más extensa de ese planeta, confirmó la NASA. La nave espacial estuvo en condiciones de partir luego de siete años de investigación y tras realizar una travesía de siete meses. Siete minutos antes de las 17 de ayer (hora argentina) InSight entró en la atmósfera de Marte de forma oblicua, a una distancia de 12 grados del planeta. Si eran más, se quemaba. Según los expertos de la NASA fueron “siete minutos de terror” porque el módulo podría haber rebotado y haberse perdido en el espacio. La sonda se desplazó a unos 20.000 kilómetros por hora, tres o cuatro veces más rápido que la velocidad de una bala disparada por un fusil automático. Informaron que el  protector térmico se calentó a tal punto que alcanzó los 1500 grados centígrados, la temperatura de la superficie del Sol.

“¡Ojalá estuvieran aquí!”, fue el mensaje tuiteado por la cuenta oficial de la sonda, al dar a conocer la primera imagen que tomó mientras se aproximaba a la superficie marciana. Hasta último momento se estuvieron realizando ajustes técnicos para que todo pudiera salir bien. 

La nave pudo resistir con esfuerzo al dificultoso ingreso a la atmósfera del planeta rojo y a la riesgosa tarea de reducir rápidamente su velocidad a solo ocho kilómetros por hora. Una operadora del centro de control de la misión, confirmó la llegada a Marte de la sonda y el anuncio hizo que todos los presentes estallaran en gritos y se abrazaron efusivamente en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California.

La nave espacial no tripulada, que cuesta 993 millones de dólares, dos horas antes de llegar a la atmósfera de Marte “el equipo de entrada, descenso y aterrizaje (EDL) hizo algunos retoques finales al algoritmo que guía a la nave espacial hacia la superficie”. Una vez estabilizada sobre la superficie, la nave desplegó sus paneles solares para establecer una comunicación con la Tierra. De todos modos, hubo que esperar más tiempo para que llegara la primera imagen del InSight y para que la NASA confirmara que sus paneles solares y el resto de su equipo, estaban en condiciones para iniciar las operaciones.

La carga científica de la misión consta de dos instrumentos principales, el SEIS (Experimento sísmico para la estructura interior) y el HP3 (Sensores para el estudio del flujo de calor y propiedades físicas). El artefacto cuenta además con el instrumento RISE (Experimento para el estudio de la rotación y estructura interior) del planeta. 

“Te siento Marte y pronto conoceré tu corazón. Tras aterrizar bien, estoy aquí. Estoy en casa”, se anunció a través del perfil oficial en Twitter de la sonda que desde que fue lanzada el 5 de mayo pasado, fue emitiendo mensajes sobre cada uno de los aspectos centrales del viaje. 

Cada hito fue señalado con un mensaje en primera persona enviado desde el aparato: “Es una de las partes más intensas de mi misión”, fue uno de los tantos envíos. El día anterior a la llega a Marte, se anunció: “Mañana es el gran día (...) en unas 24 horas estaré en casa, en #Marte”. El mensaje llegó a sus 80.000 seguidores, a los que invitó a seguir el último informe de su equipo terrestre sobre lo que “esperan aprender” en el planeta rojo. La NASA le dio vida propia al módulo espacial en las redes sociales, como una forma de acercar la misión y la ciencia al gran público, que pudo seguir el arriesgado amartizaje en directo incluso en la neoyorquina plaza de Times Square. Algunos mensajes por la red social apelaron al humor, como cuando la sonda comentó por Twitter: “Es una suerte que los robots no podamos sudar”.