Matías Firpo, el agresor del micro de Boca que permaneció detenido solamente dos días, justificó ayer ese acto vandálico bajo el argumento de que fue “un momento” que no pudo “controlar”. “Había ido a la cancha con amigos, con familia, pero fue un momento que no pude controlar, un impulso del cual me arrepiento. Sé que estuve mal, no soy de hacer algo así, y me duele haber pasado por esto”, aseguró el único detenido del hecho al canal TN. “Pero esto sucedió porque un poco hubo fallas de todos, del operativo y de todo ser humano que se equivoca como lo hice yo”, remarcó. Al recordar los hechos de ese sábado que determinaron la suspensión de la denominada Superfinal en el estadio Monumental, que finalmente se jugará el domingo próximo en el estadio de Real Madrid, Firpo puntualizó que él siempre ingresa a la cancha de River “por la calle Lidoro Quinteros”, la misma por la que justamente entró el micro boquense. “La policía había cortado la calle y se estaba juntando mucha gente ahí porque no dejaban pasar. Nunca pensamos que iban a hacer doblar al micro por ahí, porque había un cúmulo de gente, y cuando viene el bus ya era un desastre todo, con los policías empujando a la gente para atrás. Por eso se dio todo lo que se vio”, concluyó Firpo. Los jugadores de Boca fueron lastimados por los vidrios que estallaron por las piedras, y encima aspiraron los gases lacrimógenos que lanzó la policía para disuadir a la gente.