A tres días de la toma de posesión, el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro anunció ayer su pretensión de garantizar por decreto la tenencia de armas de fuego a quienes no tengan antecedentes. También ayer, el ex militar, lamentó la ausencia del Partido de los Trabajadores (PT) y del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) a la asunción presidencial.

“Por decreto pretendemos garantizar la tenencia de armas de fuego para el ciudadano sin antecedentes penales, así como hacer su registro definitivo”, publicó en su cuenta de Twitter, su vía de comunicación favorita desde que fue apuñalado en un acto durante la campaña presidencial. Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, considera que un arma es una garantía de libertad porque avala el derecho a la legítima defensa, y por eso prometió flexibilizar el estatuto de desarme.

La posesión de armas de fuego en casa ya está permitida en Brasil siguiendo los requisitos establecidos por la ley, entre ellos, ser mayor de 25 años, no tener antecedentes criminales, no tener procesos criminales abiertos ni haber sido condenado, comprobar la capacidad técnica y psicológica para su uso, tener ocupación lícita y justificar la necesidad del arma. La aprobación recae sobre la Policía Federal. Por otra parte, este procedimiento es válido apenas para la posesión del arma y no para el porte, que implica cargar el arma fuera del domicilio y que está reservado principalmente a militares, policías y el ramo de seguridad, entre otros.

El diputado Paulo Pimenta, dirigente del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) y líder de la bancada petista en el Congreso, cuestionó, también por Twitter, el anuncio. “La decisión de Bolsonaro y (el juez y futuro ministro de Justicia Sergio) Moro es el pago al lobby de la industria armamentística en Brasil, Estados Unidos e Israel. Las empresas de estos dos países, conocidos por gastar más en armamentos de guerra que en salud y educación, tendrán un inmenso mercado en Brasil para ampliar sus lucros”, afirmó. “Cualquier persona mínimamente informada sabe que más armas en la sociedad es estímulo a la violencia y está lejos de cualquier solución para la seguridad pública”, sentenció Pimenta. 

De acuerdo con la ONG Sou de Paz, los registros de nuevas armas por parte de civiles se multiplicaron por diez desde 2004 y el año pasado llegaron a los 33.031. Por eso, la flexibilización del estatuto de desarme es un tema que preocupa a la ONG ya que, estima, puede convertirse en una catástrofe para la seguridad pública de un país en el que tan sólo el año pasado murieron más de 60.000 personas víctimas de la violencia. 

El ultraderechista tomará posesión de la presidencia el martes. Según fuentes oficiales, al menos doce jefes de Estado, en su mayoría de países vecinos de Sudamérica, 11 ministros de Relaciones Exteriores, 16 enviados especiales y 3 directores de organismos multilaterales han confirmado su presencia al evento donde habrá representantes de unos 60 países. Sin embargo, los grandes ausentes en la ceremonia serán los diputados del PT y del PSOL, quienes justificaron su faltazo ante lo que calificaron como falta de rectitud en el proceso electoral, por la prohibición a la candidatura del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Además, el PSOl había señalado el viernes que ninguno de sus 10 diputados asistirán a la ceremonia de investidura porque, dijeron, no hay nada que conmemorar. “El Gobierno que comenzará el 1 de enero tiene como principios el odio, el prejuicio, la intolerancia y la violencia”, habían indicado. Ayer, Bolsonaro lamentó su ausencia: “Supe que PT y PSOL no comparecerán a la ceremonia de posesión presidencial por repudio a mí. ¡Lamento!”, tuiteó el futuro presidente.