Desde 2009, en la ciudad de Buenos Aires se han producido alrededor de veinte derrumbes, en los que se registraron al menos 10 muertos y unos cincuenta heridos, en muchos casos en situación crítica. Los hechos de mayor gravedad ocurrieron en un gimnasio de Villa Urquiza, en Mendoza al 5000, donde hubo tres muertos y 11 heridos. Esto sucedió el 9 de agosto de 2010 y al mes siguiente, el 10 de septiembre, se derrumbó un entrepiso en el boliche Beara, del barrio de Palermo, donde se registraron dos muertes y 25 personas resultaron con heridas de gravedad, cuando se vino abajo un entrepiso durante un recital, sin que la obra, en el sector VIP del local estuviese habilitada para ese tipo de eventos. 

Otro de los sucesos graves se registró en noviembre de 2011, cuando se vino abajo parte de un edificio de diez pisos ubicado en Bartolomé Mitre al 1200, en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires. En esa ocasión se produjo la muerte de Isidoro Mudueña. En este caso, en el año 2017 fueron procesados por “estrago culposo” dos constructores porque el derrumbe se produjo cuando se realizaban tareas de excavación para la construcción de un edificio lindero. 

Otros casos se registraron, en agosto de 2012, en Sinclair al 3000, en el barrio de Palermo, y en un edificio antiguo de Parque Patricios, en la esquina de Brasil y Alberti. En una entrevista concedida en esos años por el ingeniero Edgardo Castro, de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, sostuvo que se había producido “un record de derrumbes en la ciudad por obras” que se estaban realizando en esos momentos. El dato central era que  en un año se habían registrado “13 casos de derrumbe” en el ámbito de la Capital Federal. En la nota publicada por el diario La Capital de Mar del Plata, Castro señaló: “La verdad es que me preocupa muchísimo”, teniendo en cuenta que “las medidas de seguridad son para que no suceda nada, no para lamentarse después”. 

Además de recomendar un cuidado mayor con los edificios de más de 60 años, como el de Guido y Callao, Castro cuestionó entonces los controles del gobierno porteño: “Si partimos del derrumbe del boliche Beara cuando uno ve la pericia policial se da cuenta de que no se hizo nada para que no suceda” esa tragedia.