La crisis laboral viene acompañada por una caída en la capacidad de compra de los salarios. El poder adquisitivo de los trabajadores registró una caída de 9,4 por ciento en noviembre de 2018 frente al mismo período del año pasado. La Secretaría de Trabajo informó ayer que la remuneración promedio de los asalariados registrados del sector privado marcó un aumento interanual de 34,5 por ciento mientras que la inflación de noviembre marcó un aumento de 48,9 por ciento. El deterioro en el poder de compra de los trabajadores y la destrucción de puestos de trabajo arrastran la demanda interna. La remuneración bruta promedio alcanzó a 35.000 pesos hace dos meses mientras que la mediana, el valor más reiterado, se ubicó alrededor de los 28.600 pesos. El programa de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (Cetyd) de la Universidad de San Martín indica que la construcción, el sector público, la industria de la alimentación, el sector textil, la prensa escrita y la seguridad son los sectores que acusaran las mayores caídas en el poder adquisitivo. Las estadísticas oficiales se limitan al sector privado pero el impacto será mayor sobre los asalariados precarizados.