A través de una carta pública dirigida al obispo Rubén Frassia (titular de la diócesis de Avellaneda-Lanús) un grupo de ex catequistas de la Isla Maciel denunciaron que el nuevo párroco Mario Ghisaura, que asumió el pasado 29 de diciembre en reemplazo de Francisco "Paco" Olveira, actúa de forma inconsulta con la comunidad, expulsa a catequistas, elimina símbolos y referencias de la labor comunitaria que se venía llevando adelante hasta el año anterior y, por estos motivos, solicitan que el sacerdote sea removido de su cargo. "En esta lógica de construir destruyendo -dicen los ex catequistas refiriéndose al cura Ghisaura- no solo baja cuadros sino que quiere cambiar de bando a verdaderos cuadros de carne y hueso formados antes de que él llegara".

En setiembre del año anterior trascendió la información de que el cura Paco Olveira, un referente del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres, dejaría la parroquia de Isla Maciel donde venía desarrollando su labor pastoral. Poco después el mismo sacerdote confirmó a través de un comunicado que "yo pertenezco a otra diócesis, prestado a la diócesis de Avellaneda-Lanús y es normal que los curas cambiemos de parroquias según necesidades" y "que el Obispo prefirió que mi siguiente labor pastoral no sea en la diócesis de Avellaneda- Lanús y se lo respeto", adelantando que continuaría su labor en otra parroquia y en otra diócesis.

En la misma ocasión Olveira expresó su deseo de que "el curita que se nombre venga gustoso, ame a los humildes y continúe una línea pastoral desde la opción por los pobres"  y sostuvo que "de mi parte seguiré al frente de la Fundación Isla Maciel, los proyectos de la misma seguirán exactamente igual que hasta ahora y como hasta ahora con la ayuda de todes ustedes". Actualmente Olveira no solo sigue al frente de la Fundación, sino que desarrolla su labor pastoral en dos parroquias de la diócesis de Merlo-Moreno.

La carta pública conocida ahora los fieles le dicen al obispo Frassia que "en la toma de posesión (del nuevo párroco) en su homilía usted dijo que nadie iba a ser corrido de la comunidad ni los de la primera, ni segunda, ni tercera generación" y dado que esto no está ocurriendo "o usted nos mintió y es cómplice de esta situación o el Padre Mario está pasando por encima de su autoridad" razón por cual "usted debe trasladarlo".

Los autores de la nota al obispo indican que "todos los y las catequistas fueron expulsados, así como los que dirigían el coro parroquial" y ello ocurrió "sin diálogo previo, sin consultar". Afirman también que "ser sacerdote no es ser patrón de estancia y así es como el P. Mario ha actuado desde el primer momento creyéndose el dueño y señor de la Iglesia".

Al señalar que "tampoco se construye destruyendo ni lleno de prejuicios y fantasmas" ofrecen algunos ejemplos respecto de las acciones de Ghisaura.

"Ha cambiado sin consultar a los padres -ni a nadie- el día y horario de la catequesis en el Convento; (...) ha tapado todos los murales que adornaban el interior del Convento en su casi total mayoría realizado por  los chicos y jóvenes que participaban en las distintas actividades sin importarle el esfuerzo y la ilusión con que lo hicieron; (..) ha roto la sala de computación que fue armada con fondos municipales del Envión donde se formaban alumnos de la secundaria de adultos y del plan Fines, además de ser de uso semi-público", sostienen. Y agregan que  "esta sala iba a recibir en breve internet y wifi gratuito por parte de la municipalidad de Avellaneda para que nuestro barrio tuviera un mayor acceso a los recursos digitales".

Los denunciantes añaden que el sacerdote Ghisaura "tapó el mural del nacimiento de Jesús de estilo latinoamericano que estaba en la entrada interna del Convento y ha bajado los cuadros del P. Carlos Mugica, San Oscar Arnulfo Romero, del Beato Obispo Enrique Angelelli y compañeros mártires" para señalar que con sus decisiones el cura va "hasta en contra de los mártires que nos propone el Papa como testigos de la Fe".

En la carta los feligreses de Isla Maciel le dicen al obispo Frassia que "recordamos -y disculpe la digresión- el tiempo en que en nuestra Patria se bajaban los cuadros de los genocidas que asesinaron a nuestros mártires"

Denuncian además que Ghisaura retiró imágenes de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo del interior del Convento y "se ha llevado la réplica de la Virgen de Luján de alto valor simbólico y económico, justamente por eso donada por la Basílica de Luján hace diez años".

Por eso, sostienen los miembros de la comunidad católica de la Isla Maciel, "advertimos que no vamos a permitir que se borren los murales que están en la Iglesia Parroquial y en el patio de la Capilla San Romero y tampoco el de Hebe de Bonafini juntos a los nombres de los desaparecidos de la Isla Maciel, ni el mural de Romero, Angelelli, Mugica y las Monjas Francesas que está en las paredes exteriores del Convento”.

Por todo lo anterior, dicen, "pedimos al Obispo Rubén Frassia cumpla su palabra, se vuelva con nosotros al estado anterior a la toma de posesión del P. Mario Ghisaura y éste sea trasladado" y le exigen al obispo que "también  venga usted a la Isla a hablar estos temas si no iremos nosotros".

 

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