El índice de inflación 2018 alcanzó un impactante 47,6 por ciento. Esta cifra en sí mismo demuestra el actual descalabro económico, pero si se lo analiza a la luz de lo que ocurrió con el sistema de seguridad social – jubilados y pensionados, asignaciones familiares, AUH, PNC, ex combatientes de Malvinas, es decir más de 18 millones de personas– se llega a la conclusión de que la situación es desesperante. 

Desde la asunción del gobierno de Mauricio Macri, la inflación fue del 162,4 por ciento. Si se tiene en cuenta que el último aumento por la vieja ley de movilidad jubilatoria del anterior gobierno tuvo lugar en septiembre de 2015, se agrega un trimestre mas de inflación (de 7,8 por ciento), lo cual implica que la inflación acumulada alcanza al 182,9 por ciento. En este mismo tiempo, los incrementos de las prestaciones fue del 116,5 por ciento. En consecuencia, la perdida contra la inflación alcanzó un impresionante 66,4 puntos porcentuales. Por lo que la caída en el poder adquisitivo de los beneficiarios de la seguridad social alcanzó el 24,4 por ciento.

Una simple comparación muestra el extraordinario deterioro de los ingresos: si se actualiza la jubilación mínima de diciembre de 2015 por la inflación de ese período analizado, el monto de esa prestación sería 12.159 pesos. Sin embargo, el monto de esa jubilación hoy es 9309 pesos, es decir, una pérdida de 2850 pesos mensuales.

Lo ocurrido con la jubilación mínima es aun mucho más patético. A los pocos meses de llegar el actual gobierno, con un gran despliegue publicitario, dictó la Ley de Reparación Histórica. En esa norma se incluyó una prestación denominada Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM),  creada con el objeto de reemplazar al Plan de Inclusión Jubilatoria implementado por el kirchnerismo. Los beneficiarios de la PUAM perciben el 80 por ciento de la mínima, eufemismo por el que, en realidad, se creó una nueva mínima. Esa mínima hoy es 7447 pesos y a noviembre de 2018 la cobraban 106.684 personas. 

A esta altura es bueno recordar el coro gubernamental que al tratarse la modificación de la ley de movilidad jubilatoria pronosticó que los jubilados a partir de 2018 le ganarían a la inflación por más de un 4 por ciento anual, cuando en realidad este año la perdida fue del 19,4 por ciento. Sería muy saludable que al menos tuvieran la dignidad de reconocer que se equivocaron, pedir disculpas y promover un nuevo debate parlamentario que restituya la anterior fórmula de movilidad.

* Abogado, especialista en temas previsionales. Ex director del Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social y ex gerente de Normatización de Prestaciones y Servicios de la Anses.