Una joven que perdió un embarazo denunció que varias farmacias se negaron a venderle Oxaprost, el nombre comercial con el que se consigue el Misoprostol en el país y sirve para realizar abortos. La joven contó que producto de un embarazo detenido le recetaron la droga para “desencadenar la expulsión” y evitar una infección. Según su relato, aún con receta duplicada y los estudios que respaldaban la pérdida del embarazo no le querían vender la droga. Su historia se viralizó en las redes sociales y muchas mujeres contaron experiencias idénticas. “¿Desde cuándo el farmacéutico tiene el juicio para creerte o no y decidir si te vende o no una droga que necesitás?”, se descargó.

“Tengo un embarazo detenido. El embrión no tiene latido y como ya pasaron varios días (15) me dieron Oxaprost para desencadenar la expulsión antes de que se me infecte o algo de eso”, comenzó su relato en Twitter. “No les puedo explicar lo que me costó conseguir esa medicación. Aun teniendo receta duplicada, Osde, receta de un sanatorio muy importante de zona sur y teniendo diagnóstico médico con los estudios correspondientes, me negaron la droga en todas las farmacias que fui”, denunció desde su cuenta @Micale94.

Las farmacias respondían al pedido de la joven sólo con evasivas. Le decían que no tenían el medicamento, que no lo trabajaban más, que “esas cosas” no se venden y que no lo iba a conseguir en ningún lado. “Me llegaron a decir que ojalá tenga la conciencia tranquila”, contó indignada.

“¿Desde cuándo el farmacéutico o el pelotudo que está detrás del mostrador tiene el juicio para creerte o no y decidir si te vende o no una droga que necesitás? Me importa una mierda que la usen para abortar. Si yo voy con una receta que dice que la necesito, me la vendés y punto”, siguió su descargo. La joven contó que finalmente logró conseguir la droga, por la que pagó 3.000 pesos por tener el descuento del 40 por ciento de su obra social.

La joven contó también que al margen de su diagnóstico por el embarazo detenido, el proceso era el mismo que el de un aborto. Lo describió como sumamente doloroso y con hemorragias muy grandes. “Y en eso pienso que yo tengo suerte. Hay minas que están solas en un proceso como éste y no hay nadie que las acompañe de noche. Está vivencia reafirma mis convicciones de que el aborto tiene que ser legal. Tiene que ser legal porque hay minas que consiguen la medicación por fuentes no confiables, o la pagan fortuna, o que no la consiguen y usan cualquier cosa en la desesperación. Tiene que ser legal porque lo ilegal se oculta, y si te ocultas en un proceso así te podes morir”, agregó.

La historia de la joven se viralizó justamente porque muchas otras mujeres contaron que vivieron experiencias similares de maltrato en las farmacias cuando acudían con la orden para comprar Oxaprost. “Lamentablemente me pasó dos veces, la primera hace 12 años y la segunda al año siguiente. Las dos veces tuve que usar ese remedio, pero antes de vendérmelo me tuve que comer todo un discurso del farmacéutico, hasta tuve que contarle con lujo de detalles lo que estaba pasando”, contó otra usuaria.

“Le pasó lo mismo a mi esposa hace unos años y tuve que ir a comprar el Oxaprost. Uno está pasando un momento de mierda y es increíble que tengas que dedicarte a recorrer farmacias y bancarte las caritas de los farmacéuticos”, sumó su testimonio un hombre llamado Genaro Castro.

Frente a la cantidad de casos similares, una usuaria propuso hacer una lista de las farmacias para escracharlas y denunciarlas en la Cámara Farmacéutica Argentina y en las obras sociales. “Se merecen no atender nunca más a nadie”, comentó otra usuaria que se solidarizó con la situación.