Igual que en el plano económico, para el Gobierno tampoco hay Plan B ni mucho menos “plan V” en la candidatura presidencial: “El candidato a presidente de Cambiemos es Mauricio Macri, quien va ir por la reelección”, ratificó ayer el ministro de Interior Rogelio Frigerio, como cada vez que en el oficialismo reaparecen opiniones sobre que la vertiginosa caída de la imagen presidencial podría arrastrarlos a una derrota y postulan a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal como muleto en la competencia electoral. En paralelo, el Presidente se aferra a la gobernadora en busca de transitar la campaña electoral –como ayer en Junín– acompañado de la dirigente oficialista con mejor imagen en las encuestas, en medio de un clima de tensión entre ambos y cuya suerte aparece atada.  

Frigerio, que ofició de vocero tras la reunión que el Gabinete, ratificó el rumbo: “el candidato es Macri”. El ministro político evitó “hacer pronósticos” sobre las elecciones anticipadas en distintas provincias, en las que hasta ahora Cambiemos cayó derrotado. Frigerio dijo haber escuchado “que tenían la intención de no desdoblar”, cuando lo consultaron si la Ciudad de Buenos Aires también adelantaría la elección local, aunque reconoció que todavía tienen plazo para definirse. En el bastión electoral macrista también se evalúa despegar su suerte de la elección presidencial. 

La reafirmación de la candidatura de Macri se da en medio de un recrudecimiento dentro de Cambiemos de poner en marcha el plan V (Vidal) ante el desbarranco de la imagen presidencial. El propio Macri se encargó de aplacar las versiones: irrumpió sin aviso ni invitación en el “retiro espiritual” que Vidal compartía con todo su equipo en Chapadmalal para fijar su propia estrategia electoral en la provincia. Las selfies difundidas muestran a Macri sonriente, con la gobernadora en un segundo plano y su propia tropa como respaldo al presidente.

Antes, el gobierno se encargó de desactivar el intento independentista de la gobernadora, luego que Vidal dio vía libre a la posibilidad de desdoblar las elecciones bonaerenses de las presidenciales para evitar el lastre de Macri. Desde la gobernación argumentaban que se trataba de una estrategia que fortalecería las aspiraciones de Macri en octubre. En Casa Rosada, lo veían como un intento de Vidal de transformarse en la alternativa para el oficialismo si la crisis económica sigue arrastrando la caída de la imagen presidencial.

Vidal dio entonces marcha atrás después de un encuentro cara a cara con Macri. Tras retomar la estrategia original de ir ambos por sus respectivas reelecciones, la suerte de ambos quedó atada.

Mientras sus ministros lo ratificaban como candidato a la reelección, Macri se subía a un colectivo de verdad junto a Vidal en Junín, en el relanzamiento del transporte público que la ciudad no tenía desde hace 25 años. “Cada éxito reafirma nuestra convicción de que podemos, y que no debemos escuchar más” a los que nos piden “que nos resignemos”, expresó el Presidente al tiempo que reafirmó su convicción de que “todo va a cambiar”. “Este es el camino por el cual vamos a derrotar la inflación, que en 80 años ha sido un promedio de 62,5 por ciento, sin contar la hiperinflación”, insistió Macri, casi como un analista económico.

Pero otro tramo de su discurso presidencial no fue del agrado de la gobernadora. Macri precisó que junto al ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich, estamos “enfrentando mafias”. No son poco los que en la gobernación ven la mano de Bullrich en el enfrentamiento donde policías federales mataron en Avellaneda a un comisario de la bonaerense acusado de extorsión a una banda dedicada al tráfico de drogas. Lo que no deja bien parada a la gestión provincial en seguridad, uno de sus ejes de campaña.