El riesgo país volvió al centro de la escena económica. La escalada hasta los 963 puntos básicos no responde a encuestas adversas al gobierno ni indica el rechazo de los mercados a posibles candidaturas. La renovada fragilidad financiera expresa la vulnerabilidad del modelo de endeudamiento, desregulación y ajuste implementado a lo largo de los últimos tres años. PáginaI12 consultó a los economistxs Florencia Medici (UNM), Juan Cuattromo (ITE) y Pablo Wahren (Ocepp) para analizar las causas detrás de la crisis y las perspectivas financieras para los próximos meses. 

“El Gobierno dilapidó en tiempo record el margen de maniobra que heredó a través del financiamiento externo disponible que hubiese permitido a la economía sortear la escasez estructural de dólares en el mediano plazo”, explicó Medici de la Universidad Nacional de Moreno. “Esa posición nos vuelve más vulnerables a lo que sucede en el mercado internacional pero lo que trajo hasta acá fue el manejo de la política económica nacional”, expresó Medici para señalar que “la situación no se origina ni se resuelve en el armado de los candidatos. Podemos tener un presidente que guste más o menos al mercado, son cosas que pueden alterar la situación muy levemente y en el cortísimo plazo, pero no soluciona la inestabilidad de fondo. El problema es que esta situación va llegando a su fin, la política económica se centra en brindarle al mercado lo que pide. Ayer era el déficit cero, mañana una reforma laboral y previsional”.

Desde la perspectiva de Cuattromo, del ITE de la Fundación Germán Abdala, “el riesgo se aceleró luego de que el Banco Central modificó su esquema de política al re-definir la zona de no intervención sin que haya tenido impacto alguno en el mercado. Es decir, el Gobierno luce impotente para administrar la dinámica financiera al tiempo que la autoridad de Macri y la posibilidad de reelección es cuestionada por miembros del propio oficialismo”. El ex director del BCRA indicó que “para reducir el stress financiero el gobierno podría dejar de financiar gastos en pesos utilizando dólares y tomar esos 9600 millones que acordó subastar con el permiso del FMI para constituir un fondo soberano que garantice el pago de la deuda en 2020”. 

El investigador del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas, Pablo Wahren, consideró que “el gobierno basó su esquema económico en el endeudamiento externo, primero con privados y cuando le soltaron la mano con el FMI, dando lugar a un significativo incremento en la vulnerabilidad externa del país. Más allá del gobierno que asuma en diciembre hay incertidumbre sobre la economía argentina porque el año que viene no estarán los dólares del FMI y la posibilidad de financiarse con privados parece absolutamente cerrada”. Wahren explicó que la clausura del mercado voluntario de crédito desde el año pasado no está asociada al riesgo de una eventual derrota electoral de Cambiemos sino que “refleja la desconfianza de los acreedores internacionales a la hora de prestarle a un país”. Alertó que “es urgente modificar el plan de ajuste por uno que priorice el empleo y el poder adquisitivo de los ingresos. Para que esto funcione se debe lograr una administración inteligente de las divisas que permita estabilizar el dólar”.