La Legislatura aprobó la reglamentación de los juegos de apuestas on line, con 34 votos afirmativos del bloque Vamos Juntos (Cambiemos) y 26 negativos de las restantes bancadas. El proyecto fue introducido por el diputado Cristian Bauab (Vamos Juntos) quien dio detalles de la normativa destacando que, para asegurar la competencia, el sistema requerirá de la existencia de al menos tres agencias prestadoras del servicio que tengan “solvencia financiera, capacidad técnica y equipos tecnológicos”. “No podrán apostar los menores de 18 años, el personal de las agencias, sus familiares, ni deportistas” que participen de actividades que sean objeto de estas apuestas, explicó el diputado oficialista. Además, los apostadores deberán “tener un mecanismo sencillo en la plataforma del sistema que les permita tomarse un tiempo fuera de la plataforma” y otro que “permita la inscripción a los apostadores en el Registro de Autoexcluidos”, en el que Agencia de Juego en línea debe asegurar que no se puedan realizar operaciones relacionadas al juego.

Al argumentar su voto en contra, el legislador del GEN Sergio Abrevaya aseguró: “Volvemos a rechazar la propuesta del juego online. La reglamentación no cuida a las personas jóvenes ni a aquellas que puedan estar captadas por la ludopatía. Por el contrario, por ser online promueve un método que no tiene límites y favorece todo tipo de engaños para que ese flagelo se extienda”.

La norma aprobada, según afirmaba el proyecto, incorpora una política de juego “comprometida con los derechos de los menores, consumidores y usuarios” y suma controles de acuerdo con las recomendaciones de la Unidad de Prevención de Lavado de Dinero y Prevención del Terrorismo. Es así que no podrán realizarse apuestas desde cuentas asociadas al pago de “planes o programas de ayuda social, o de la Anses” y estará prohibido el uso de monedas extranjeras. 

Sin embargo, los legisladores que se opusieron al proyecto fundamentaron su rechazo en que lo aprobado tiene “muchas lagunas”: “El funcionario de Lotería que explicó la reglamentación hizo silencio cuando se le preguntó si habría algún impedimento para que un beneficiario saque una cuenta en otro banco, transfiera dinero de un plan social y juegue”, explicó Marcelo Depierro (Mejor Ciudad). 

Desde el bloque que responde a Martín Lousteau, María Inés Gorbea se sumó a las críticas señalando que “es un proyecto que fomenta el juego y que no se prohíbe el uso de tarjetas de crédito, algo vedado en el caso del juego tradicional”.

“Nosotros estamos en contra de la promoción y proliferación del juego”, comentó por su parte el socialista Roy Cortina para rechazar la iniciativa, y dijo que en la política gubernamental “hay una negación extraña de la adicción al juego: con lo que se recauda del juego se asiste a los adictos, pero por otra parte se lo impulsa. Es un círculo vicioso perfecto”.

Los prestadores del servicio no podrán conceder préstamos a los usuarios, no permitirán préstamos entre los apostadores y la interfaz de la plataforma de juego no deberá inducir al apostador a que recupere sus pérdidas.

Además de los bloques que rechazaron la iniciativa, también se manifestaron en el recinto los propietarios de agencias de juego, quienes sostuvieron que la norma pone en riesgo más de 3.500 puestos de trabajo.