Las movilizaciones feministas son las más grandes que se vieron en años. Parece que fue hace nada que pasamos de los ENM al primer NUM en que las calles se llenaron por nuestras vidas, que nos re-apropiamos del Paro para darle valor a nuestros trabajos invisibilizados. Y lo fue, pasaron sólo tres años hasta que la marea verde el año pasado colmó las calles por el aborto legal y que este martes ratificó que seguiremos ahí hasta que sea ley. Nuestra potencia crece contra este gobierno y aunque muchos pretendan aislarnos del campo popular lo atravesamos y es por eso que el primer paro a Macri lo hicimos nosotres. A poco de las elecciones nuestras vidas no lo aguantan más. Mientras visibilizamos nuestros trabajos no pagos, el macrismo hizo lo suyo, nuestro trabajo se multiplicó para sobrevivir. La triple jornada entre el trabajo de cuidado, el trabajo pago y el que hacemos para sostenernos comunitariamente se desbordaron. La brecha salarial no se achica, somos las primeras en perder el trabajo y en ganar menos. Las políticas de este gobierno nos hace las más pobres de los pobres mientras la violencia machista nos mata a diario.

Más allá y desde, los sindicatos y las organizaciones políticas, a la lucha le sumamos nuestra agenda y un programa propio. Aunque el pacto de caballeros quiera taparlo, una y otra vez llenamos con millones las calles, deconstruyendo las lógicas de la política machista y sobre todo con la responsabilidad política de que la unidad es con todes adentro. Hoy debemos poner atención a esto y hacerlo jugar en nuestras formas de construir y organizarnos, en los hechos políticos que generamos. Derrotar al macrismo es urgente, para frenar al neoliberalismo pero también al fascismo que crece en la región con Bolsonaro en Brasil, sus discursos del odio se llevan vidas como la de Marielle Franco y otras como reflejo. Amenazan la idea de que todes debemos tener derecho a tener derechos como base de los derechos humanos. Derrotarlo debe ser un piso, una nueva posibilidad, para ponerle límite a lo que no se puede volver, tenemos que estar en la calle para correr la vara de lo posible hacia lo que soñamos. 

Nuestra política de la osadía viene por un cambio de raíz; nuestro programa es un futuro con perspectiva feminista, que se sostenga en otras relaciones, en algo que hoy parece difícil preguntarnos: cómo y qué es vivir bien. Este programa tiene como protagonista a la juventud, los feminismos atravesamos todo, pero es la juventud quien apuesta acá más que a cualquier otro proyecto político, ése es su piso para seguir soñando y esto que es esperanza también es responsabilidad. Hoy la política nos deja afuera. Luego de que CFK se adelantara con su #FFórmula al juego de pinzas que los machos del PJ querían hacerle para aprovechar su capital político y perpetuarse; la principal oposición se ordenó. Pero el sistema político sigue siendo cosa de señores conservadores; debemos poner el ojo como movimiento feminista en la estrategia para los próximos cuatro años. Afinar nuestros objetivos y nuestra unidad. Hay pocas compañeras feministas en las listas de los partidos mayoritarios. Pocas logran que la violencia política no las expulse de la referencia en partidos, organizaciones y sindicatos. El Gobierno pone plata para los movimientos sociales y arregla otra parte con los sindicatos. Para nosotres hay ajuste, políticas miserables y castigo como el fin a las moratorias previsionales. Necesitamos construir nuestro pacto para llevar adelante la política del nosotres por la que la juventud llena las calles. Un pacto para que la paridad signifique política feminista. Nuestro pacto feminista es contra los poderes medievales, los que se meten con nuestros cuerpos y el de los feudos políticos. Construir nuestro pacto feminista para que los sindicatos paren cuando tienen que parar. Hagamos un pacto feminista contra las fuerzas conservadoras y autoritarias, por la desobediencia como apuesta política y la política de la herejía. Construir nuestro pacto feminista, aquí y ahora, para que la política sea por y para nosotres, para que el futuro sea feminista.

Mafalda Sánchez: Militantes feministas populares.