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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
30 ENE 2000








 BUENA MONEDA
 por Alfredo Zaiat


Vendedor y comprador

La City tiene sus propias leyes, códigos y costumbres. Pocos se atreven a cuestionarlas y menos a los protagonistas de esa isla de privilegio. La corrupción, la falta de ética y el incumplimiento de la ley son la moneda de curso legal en ese mercado. Hasta el Gobierno de la Alianza, que tiene como uno de los pilares la transparencia de su gestión, tiene una llamativa comprensión a hechos que de otros ámbitos no dudaría en denunciarlos. En fin, los banqueros son hombres de suerte y de dinero. Sólo para mostrar esa fortuna vale conocer el siguiente caso. Antes de entrar en detalles conviene saber el contenido de un artículo de la Ley de Sociedades. El 264 tiene como título �Prohibiciones e incompatibilidades para ser director�, y su inciso 4 dice, textual: �No pueden ser directores los funcionarios de la administración pública cuyo desempeño se relacione con el objeto de la sociedad, hasta dos años del cese de sus funciones�. El protagonista de esta historia es Miguel Kiguel, ex secretario de Financiamiento durante la gestión de Roque Fernández al frente del Ministerio de Economía. Y la sociedad involucrada es el Banco Hipotecario SA. Valen algunos antecedentes para no perderse en el desarrollo del guión. Kiguel era el encargado de conseguir los dólares entre los financistas internacionales para renovar deuda o para cubrir el bache fiscal. La forma para obtener esos fondos era mediante la colocación de títulos públicos en el mercado y, en menor medida, vendiendo empresas públicas. Pocas compañías tenía para ofrecer puesto que las principales joyas ya habían sido rematadas. Una de las pocas atractivas que le quedaba era el Banco Hipotecario. El momento para convocar a la subasta fue pésimo. Las cotizaciones de las acciones y bonos estaban por el piso debido al castigo que sufrían por la crisis internacional las denominadas plazas emergentes, entre ellas la argentina. Igualmente, después de postergar en una oportunidad la operación, se avanzó en la enajenación del banco un mes después de la devaluación del real, escenario financiero que no era, objetivamente, el mejor. Economía estableció inicialmente el precio base por acción en 9 pesos y luego de un complejo proceso de adjudicación fijó el valor de venta en 7 pesos por unidad. El principal comprador fue el grupo Soros a través de varias de sus compañías (Irsa, Quantum Dolphin y Latin America Capital Partners), que pasó a detentar el 27,5 por ciento de la entidad: 14,4 en acciones y 13,1 en opciones de compra. (Sólo como un detalle: la ley que dispuso la privatización del Hipotecario establecía una restricción en el sentido de evitar que ningún accionista dispusiera de un porcentaje mayor del cinco por ciento del capital, límite que fue inmediatamente burlado.) Que el valor fijado por Economía para la venta haya sido ridículamente bajo quedó probado en los primeros días en que el Hipotecario SA empezó a cotizar en la Bolsa de Comercio. El precio de las acciones del privatizado banco se disparó en menos de dos meses hasta los 9 pesos. El máximo lo alcanzó el 3 de diciembre pasado, al cotizar a 14,6 pesos por papel, 109 por ciento por encima de la base. Kiguel recaudó con esa venta 496,5 millones de dólares por el 46 por ciento del Hipotecario. De acuerdo con el precio que fijó inmediatamente después el mercado en la Bolsa (9 pesos), esa porción del capital tenía un valor de 621,5 millones. Una diferencia de 125 millones. Bueno, bien, ¿a qué viene toda esta historia, que ya es vieja y que no sorprende al haber seguido el mismo recorrido de las anteriores privatizaciones, cuyo punto de encuentro fue la política de malvender las empresas públicas? Lo novedoso de este proceso es que Kiguel se convertirá en el futuro presidente del Banco Hipotecario SA. Después de desplazar a Pablo Rojo �previa indemnización de más de 1,5 millón de dólares, pagadera en cuotas durante dos años�, el grupo Soros eligió como conductor al hombre que fue responsable, precisamente, de venderle la entidad. Kiguel, ahora, como presidente del Hipotecario se ocupará de ofertar por el resto de las acciones que el Estado mantiene del banco. Un dato más: Kiguel dejó la función pública hace menos de dos meses. ¿La Ley de Sociedades no dice que tenían que pasar dos años?

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