Armani (5): Venía jugando un primer tiempo impecable, pero a los 29 cometió un enorme error al combinar dentro del área con Otamendi en vez de rechazar largo, y por esa decisión el gol cafetero rondó el arco argentino. No hay nada que reprocharle en los tantos colombianos, aunque está claro que no puede imponer en la Selección la voz de mando en el área que se le reconoce en River.

Saravia (3): Pudo explotar poco sus proyecciones ofensivas, y cuando se adelantó lo hizo sin convicción, lo que lo llevó a perder algunas pelotas peligrosas, como la que derivó en su amonestación por la infracción a Barrios. Tuvo notorias falencias para cerrar su sector cuando algún colombiano profundizaba por su lateral, como en el gol de Roger Martínez y en el desborde que terminó en el tanto de Zapata

Otamendi (5): En la primera etapa se vio obligado a defender muy cerca de su arquero, y ahí mostró inseguridad, además de evidenciar desinteligencias con Pezzella. Eficaz en el juego aéreo tanto en su propia área como en la rival. Su trabajo creció en el complemento, aunque se quedó demasiado estático en el segundo gol colombiano.

Pezzella (5): Dubitativo en el período inicial como todos sus compañeros de la última línea, a la que es evidente que le faltan horas de rodaje. Bien en los mano a mano, más teniendo en cuenta la calidad de los delanteros que tuvo enfrente. Sin fallas en el juego aéreo defensivo. Pudo hacer algo más para evitar el tanto de Zapata

Tagliafico (6): Firme en la marca, aunque le tocó una de las zonas más difíciles porque Colombia prefirió su sector para armar juego con la presencia de Cuadrado. Cuando se fue el volante colombiano, el hombre del Ajax se mostró como el defensor más sólido y aportó despliegue en ataque.

Lo Celso (5): Marcado en la previa como el jugador para hacerse socio de Messi, lo consiguió sólo de a ratos en el complemento. Necesita estar en contacto permanente con la pelota y recién en la segunda etapa pudo tenerla. Su habilidad pesa en ataque, pero sus dificultades para el retroceso desequilibran el mediocampo.

G. Rodríguez (5): Prolijo para mantener la posición de volante más retrasado, inteligente para manejar el balón y ubicuo para mostrarse libre para ser opción de pase para sus compañeros. Le falta marca y cambio de ritmo y no parece la mejor opción para cuando el equipo necesita presionar alto.

Paredes (5): Sin la pelota no pesa y es obvio que la voluntad no alcanza para aportar en función defensiva, algo que es claro que no siente. Cuando el equipo pudo estacionarse en campo contrario, en varios minutos de la etapa final, mostró un peligroso remate de media distancia.

Di María (3): Sólo jugó el primer tiempo, y pasó totalmente inadvertido. Nunca aparecieron esos piques electrizantes de otros tiempos, y tampoco pudo asociarse con sus compañeros del mediocampo y menos con Agüero y Messi.

Messi (7): Puesto a trabajar como delantero, en la primera etapa debió retroceder en demasía para encontrarse con la pelota y cuando la conseguía estaba rodeado de rivales y muy lejos del área para hacer pesar su habilidad. En el complemento sus compañeros se le acercaron y desde sus pies nacieron buenas chances para Argentina, inclusive él estuvo cerca de abrir el marcador con un cabezazo que se fue ancho con Ospina en el piso.

Agüero (5): Condenado a correr, apenas si pudo inquietar una sola vez en la primera etapa peleando un pelotazo largo de Paredes. Su producción creció en los cuarenta y cinco minutos finales, aunque no tuvo una ocasión clara para definir.

De Paul (5): Ingresó por Di María desde el inicio del complemento, y la primera pelota que toco fue para producir la maniobra de ataque más importante de Argentina, que culminó con un remate de Paredes que inquietó a Ospina. Se mostró más voluntarioso para buscar espacios en terreno colombiano, pero esas ráfagas se fueron diluyendo con los minutos.

Pizarro (4): Jugó poco más de treinta minutos, suplantando a Guido Rodríguez. Se paró en la misma posición que el volante sustituido: Su presencia no modificó nada.

M. Suárez (-): Reemplazó a Agüero cuando Argentina estaba en desventaja y parecía más lógico que el sustituido fuera un volante y no el Kun.