“Suele decirse que si no te gustan los Rolling Stones entonces no te gusta el rock and roll. De la misma manera, creo que si no te gustan las películas de Samuel Fuller, entonces no te gusta el cine. O, al menos, no lo entendés”. Las palabras son, nada más ni nada menos, que de Martin Scorsese. Y para entender el cine, nada mejor que el ciclo Samuel Fuller: el cine como campo de batalla, que hasta el martes 25 de este mes desarrolla la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Avda.Corrientes 1530). Hoy se verá Puertas rojas (1957), con Gene Barry, Angie Dickinson y Nat King Cole, inmersos en plena guerra de Indochina. Mañana se proyecta Dragones de violencia (1957), donde la legendaria Barbara Stanwyck se reunió con Fuller para darle forma al western más audaz del realizador, una vuelta de tuerca feminista al género que bascula entre el humor lúbrico, la acción visceral y la ternura. El viernes 21 va La ley del hampa (1961), una película donde, para el crítico J.Hoberman, “bajo la iluminación áspera de Fuller los sets de la Columbia adquieren unas distorsiones sombrosas propias de una xilografía del expresionismo alemán”. El sábado 22 llega Delirio de pasiones (1963), una de las innegables obras maestras en la filmografía de Fuller, donde el realizador recorre el difícil terreno que divide la cordura de la demencia. “El manicomio de la película era una metáfora de los Estados Unidos”, escribió Fuller en su autobiografía. Y el domingo 23 es el turno de otro súper clásico del director, El beso amargo (1964), un melodrama noir fuera de norma. El lunes 24 se verá Perro blanco (1982), notable reflexión sobre el racismo en los Estados Unidos que fue incomprendida en su momento y su estreno dilatado a partir de una falsa polémica. Más información en https://complejoteatral.gob.ar/cine.