El cambio de la arquitectura financiera internacional está en marcha y el gigante de las redes sociales Facebook decidió acelerar los motores. Este martes presentó su propuesta para masificar los pagos por Internet a través del uso de la tecnología blockchain. La empresa lanzará una criptomoneda que se llamará libra y contará con el respaldo de algunas de las principales empresas tecnológicas y financieras del mundo. El dueño de Facebook resumió el objetivo en pocas palabras: “Enviar dinero será tan fácil como mandar una foto”.   

La iniciativa genera transformaciones y desafíos en muchos frentes. Uno de los análisis más interesantes es qué pasará con el Swift: el sistema que controla en la actualidad las transferencias internacionales de dinero. La propuesta de Libra es un reemplazo natural a ese modelo sin sacrificar el privilegio de Estados Unidos de controlar lo que ocurre con las transacciones globales. Las principales empresas que participarán como productores de bloques para garantizar pagos con la nueva moneda digital son de capitales estadounidenses. 

Los cambios que produce esta nueva criptomoneda pueden pensarse en formas contrapuestas. La lectura más simple es que colaborará para avanzar en la inclusión financiera de millones de personas que no tienen cuenta bancaria y sufren la desidia de los bancos. El dato es impactante: el 31 por ciento de la población mundial (1700 millones de individuos) no cuentan con una cuenta bancaria. 

La lectura más compleja es que se abre otro frente de disputa entre las potencias mundiales. El conflicto de intereses es evidente: ¿Cómo y quién controlará el dinero que circula por Internet a nivel global? Se trata de una riña de geopolítica. Las transacciones de Libra las manejarán los países de occidente y conservarán su capacidad de realizar bloqueos financieros contra los individuos o las economías que desafíen el status quo de los países industrializados. Facebook, Visa, Mastercard, Paypal, Booking, Uber, Spotify y Vodafone, entre otras, tendrán a cargo el mantenimiento de esta nueva base de datos global. 

La respuesta de las nuevas potencias no se hará esperar. China, Rusia y los países alineados posiblemente avancen con una iniciativa similar que busque un contrabalanceo. China se transformó en los últimos años en uno de los países más innovadores del mundo en temas de medios de pago. China cuenta con 840 millones de usuarios con acceso a Internet y el año pasado 583 millones de estas personas usaron su celular para realizar pagos en comercios. Los números hablan solos: ¿el dólar tiene margen para continuar siendo la principal moneda para los intercambios a nivel internacional?

Detalles financieros

Facebook dio varias precisiones de Libra. La moneda digital tendrá el respaldo de una canasta de divisas de varios países. La idea es conseguir un atributo clave: la estabilidad del precio. Se pretende evitar los saltos abruptos de las criptomonedas como el Bitcoin. Estos activos pueden subir o bajar más de 20 por ciento en un solo día. La volatilidad no puede ser una característica de libra si pretende transformarse en un medio de pago aceptado a nivel internacional.

El whitepaper de la moneda digital puede leerse en https://libra.org /en-US/white-paper/ y ofrece argumentos para justificar su diseño. “Para ayudar a dar confianza a una nueva moneda y conseguir una mayor adopción en sus inicios los billetes de un país podían cambiarse libremente por recursos reales como el oro”, menciona. Agrega que “en lugar de apoyar libra con oro, será apoyado por una colección de recursos de baja volatilidad, como depósitos bancarios y valores públicos a corto plazo de monedas de bancos centrales estables y reputados”. 

Tecnología

Facebook planteó que libra será “una criptomoneda de baja volatibilidad, basada en una cadena de bloques descentralizada con el objetivo de crear una nueva oportunidad para la innovación de servicios financieros responsables”. Esa afirmación resulta una verdad a medias. La red de libra funcionará como una gran base de datos en la que pocas empresas (los federados) tienen la capacidad de manipular las transacciones. Su funcionamiento no es distinto al de un Banco Central tradicional que emite dinero de un país. 

Los nodos que se conectan a la red permitirán colaborar con la sincronización de las operaciones pero no tendrán potestad para definir la información que se incorpora a la base de datos. Facebook dejó claro que no será una blockchain pura. Los usuarios que se sumen no podrán ser anónimos. Las cuentas se verificarán con documentos de identificación oficial (por ejemplo documentos de identidad) para evitar el uso de identidades falsas.