No solo el incremento del costo del misoprostol se torna en obstáculo a la hora de abortar con métodos seguros. La dificultad para poder comprar el medicamento en farmacias, es otra barrera que están enfrentando mujeres de sectores medios que deciden interrumpir voluntariamente una gestación y que incluso, tienen el dinero para adquirirlo.

Es lo que le pasó a A.S., cuando decidió hace pocas semanas interrumpir un embarazo. Es madre de tres hijos, profesional, y vive en un barrio de la zona norte del conurbano. Después de ir a una consejería, donde le explicaron cómo usar el misoprostol, tuvo que sortear múltiples trabas para poder comprar las pastillas. “Nos recomendaron algunas farmacias donde podíamos conseguirlas. Teníamos una receta que me la había dado una médica amiga. Pero me pedían la receta por duplicado, me decían que no lo tenían, que estaba en falta, que no me lo podían vender, me pedían otro tipo de receta con un membrete distinto, hasta que un amiga hizo el cuento en una farmacia de que le había dado mal resultado otro medicamento para el estómago, y les dijo que era alérgica, y tenía que probar el Misop”, contó a este diario A.S.

--Pero sabes que se usa para otra cosa… --le dijeron en la farmacia.

--Sí… pero yo lo necesito para esto…

--Conseguí una receta con fecha de hoy y mañana venilo a buscar –le indicaron.

Y fue lo que hizo la amiga de A.S. “Volví a conseguir la receta. Fue ella, lo pagó y al día siguiente pudimos ir a buscarlo. En el medio, empecé a buscar amigos farmacéuticos, gente que trabaja en farmacias, apareció uno que tenía una droguería, no tenía el Misop pero podía conseguir alguien que lo vendiera… terminaron ofreciéndome una mujer que te vendía los blisters sueltos: había que ir a buscarlos a Villa Lugano y me cobraba 10 mil pesos. Me dio miedo, porque nos habían dicho en la consejería que no compráramos por Mercado Libre. Fue tremendo. Pero así se hace. Los abortos con misoprostol no se hacen en el hospital cuando no son por causales. No necesariamente hay un médico, hay gente con buena voluntad que te acompaña. El periplo fue dar vueltas y vuelta en farmacias. En el medio, las vas pasando mal cuando tenés la decisión tomada”, relató A.S. a este diario.