Recorridos lúdicos y participativos, visitas guiadas para chicos de distintas edades y un taller de dibujo a partir de la muestra de Pedro Figari son algunas de las propuestas gratuitas que el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) viene ofreciendo estas vacaciones de invierno.  Este viernes y el fin de semana continúan las actividades. “Buscamos difundir el patrimonio del museo y en paralelo a eso, una construcción de público. Queremos que, desde pequeños, los niños puedan vivenciar al museo como un espacio de juego y reflexión”, define Cecilia Arthagnan, integrante del Area de Extensión Educativa, en diálogo con Página/12.

“Tratamos de que el museo no sea una especie de depósito de chicos o pelotero, y de que las familias estén integradas a los recorridos. Que sea un momento de encuentro, descubrimiento y diversión. El museo es un espacio para pasarla bien. Queremos sacarlo del lugar de mausoleo o cementerio”, agrega la educadora. Con estas intenciones, el MNBA ofrece distintos recorridos --“algunos más lúdicos, otros más reflexivos”--, en conexión con la colección permanente y las muestras temporarias, y para diferentes edades.
¡Oh, monstruos en el Museo!” es una aventura entre pinturas y esculturas, para niños de cinco años en adelante (el sábado a las 15, domingo a las 12). Incluye intervenciones teatrales de los guías en distintas salas. Con la teoría de Aby Warburg como punto de partida, “Vuelta por el universo” es un recorrido para niños de siete años o más, por las estrellas, planetas e historias del espacio presentes en las piezas de la colección; una invitación a descubrir los cielos de diferentes tiempos y artistas (hoy y el domingo a las 15). Ambas visitas finalizan con una actividad de creación en sala, con materiales que provee el museo.
Además, el sábado y el domingo a las 17 se desarrollará “Historias de circo”, visita teatralizada en la que un títere parlanchín cuenta relatos protagonizados por acróbatas, forzudos y equilibristas que viven dentro de obras de Emilio Pettoruti, Pablo Curatella Manes, Fernand Léger y Enrique de Larrañaga. La propuesta está a cargo de Roxana Pruzan y está pensada para niños de entre cinco y diez años. Jóvenes (de más de 13) y adultos tienen su lugar en “Bocetos guiados: Figari”, espacio a cargo de Germán Warszatska, que invita a dibujar con las obras de la muestra Pedro Figari: mito y creación como disparadores (hoy y mañana a las 18). También en este caso la institución aporta todos los materiales. Por otra parte, mañana a las 17 habrá un ciclo de cine llamado “Animación del mundo para todo el mundo”, programado y presentado por María Verónica Ramírez, creadora de Caloi en su tinta. Girará alrededor de la obra de Brad Bird.
“Siempre trabajamos con las muestras temporarias y la colección permanente, es nuestro modo de trabajo. Y tenemos mucha demanda. Es un museo con un público fiel y hay quienes lo vienen a descubrir. No es menor que, en un contexto de crisis, ofrezca visitas de calidad y gratuitas”, dice Arthagnan. “Juego, imaginación, espontaneidad” son algunas de las claves de las actividades, y también el hecho de apelar a diferentes lenguajes. “Nuestro trabajo tiene mucho de salir a escena, de enfrentar un público que no sabés con qué recorrido viene… son niñes de distintos intereses y clases sociales. Salimos a escena con un montón de herramientas: lo teatral, la música, el dibujo, la expresión corporal.”
En relación a la respuesta del público, la educadora destaca no sólo su carácter “positivo” sino también la “continuidad” de los visitantes. “Tenemos recorridos que rondan las 70 personas. Es una respuesta muy positiva. Los chicos se enganchan y conmueven, y vienen al otro año. Hay una continuidad y una construcción de público. Nos enorgullece que un niño vuelva”, expresa. Y aclara que actividades con este espíritu se replican en el histórico edificio durante todo el año.