Después de caminar algunos pasos por un amplio espacio, uno se topa con una pared de ladrillos sin cemento por cuyos intersticios asoma un espacio inaccesible. Atrás, otra pared también traslúcida deja ver algo de una pintura. “Empecé a pensar en una pared que cierra la galería y que por una extraña reacción química sus componentes se rechazan y forman dos paredes semitransparentes. En ese momento, se produce un vacío en el medio que se puede ver, pero al cual no se puede acceder”, cuenta Jorge Macchi sobre la idea inicial que desató su exhibición Cámara Traslúcida, en la galería Ruth Benzacar

Analítica y al tiempo sumamente exploratoria, su obra está representada por esta galería en Argentina y por galerías en Italia y Suiza. Sus trabajos se estructuran en un universo paradojal. Apuesta por los juegos lógicos y de palabras, por los desplazamientos de sentido. Realizada para el pabellón internacional de la Bienal de Venecia en 2005, Still Song es una habitación iluminada con una bola de espejos colgada del techo. Los reflejos luminosos que debería proyectar se convierten, en cambio, en perforaciones reales en las paredes, agujeros negros.

En Díptico, hace apenas dos años, recreó en escala 1:1 la construcción original de la emblemática galería Ruth Benzacar (en la calle Florida al 1000) en el galpón reciclado que ocupa la nueve sede en Villa Crespo. Macchi produjo una interferencia entre dos espacios y dos tiempos. Para quienes conocieron la galería cuando estaba ubicada en la Plaza San Martín, la instalación condensó un viaje al pasado sin escala.


Cámara traslúcida se puede visitar en Galería Ruth Benzacar, Juan Ramírez de Velasco 1287, de martes a sábado de 14 a 19. Hasta el 14 de septiembre.