Alrededor de doscientas personas recibieron a la joven ambientalista sueca Greta Thunberg a su llegada a Nueva York, tras una travesía de dos semanas para cruzar el Atlántico en un velero. La adolescente, que participará en septienbre en una conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima, no quiso hacer el viaje en avión para reducir al mínimo su huella de carbono.  Sobre los "devastadores y horribles" incendios en la Amazonia, en su mayor parte provocados por agricultores para expandir el área de cultivos y pastoreo de ganado, dijo que "son una clara señal para que dejemos de destruir la naturaleza y de que nuestra guerra contra la naturaleza debe terminar".