En un acto que no respetó ningún proceso legal, la Comisión Directiva de Newell's decidió suspender por tres meses a un socio por la publicación de un supuesto mensaje en redes sociales dirigido al vicepresidente Cristian D'Amico. El hincha no tuvo instancia de defensa y ni siquiera se comprobó que fuera el autor de la expresión en cuestión. Lo más llamativo es que en 2017, socios leprosos agredieron a golpes de puño a opositores en una asamblea  de Memoria y Balance y la dirigencia en aquel caso omitió sanción alguna a los violentos.

El proceder de D'Amico solo se lo puede comparar con los años de gobierno de Eduardo López en el parque Independencia. El vicepresidente de Newell's, que en los hechos ejerce como presidente, está obsesionado con su imagen en redes sociales, principalmente en Twitter. Los agravios que recibe son constantes y apuntan la degradación institucional que sufrió la entidad en su gestión, por estos días con el primer equipo peleando por no perder la categoría en Superliga.

En este contexto, días atrás un socio publicó en Twitter una frase que descalificaba su figura al tratarlo como "adicto a las drogas". El vicepresidente en este caso actuó como si el club fuera su casa y lo echó. Invocando que "transgredió el estatuto" por carta documento notificó al joven de 23 años que fue suspendido como socio por tres meses.

No es la primera vez que los directivos de Newell's no se asesoran legalmente antes de tomar decisiones administrativas (el club tiene intervenida su tesorería por las improvisaciones de gestión), pero en este caso hay dos grandes torpezas que hacen insostenible la medida: en primer lugar, al joven, que no participa en la vida política del club ni se identifica con ninguna de las agrupaciones opositoras, no se le señala el apartado del estatuto que "transgredió", por lo cual no se le explica cuál fue su falta. Y más grave aún, no se habilitó una instancia de defensa -un sumario interno- para que haga su descargado y para constatar que el mensaje redactado en redes sociales sea de su autoría. D'Amico no solo que lo privó de instancia de defensa al socio sino que además no acompañó con su firma la carta documento. La notificación fue firmada por al prosecretario Carlos Tedeschi.

La sanción de tres meses impuesta por el club no resiste ninguna revisión jurídica, en caso de que el afectado recurra a la Justicia para preservar sus derechos. Lo insólito es que la dirigencia rojinegra se ofende por lo que le dicen en redes sociales pero no tuvo pruritos en 2017 de intentar aprobar una asamblea después de que socios opositores fueran agredidos a golpes en el recinto.