En más de una ocasión no pudo terminar los entrenamientos por sufrir eso de la ‘profecía autocumplida’. Es que la cabeza la tiraba para abajo. Pensaba que no iba a poder lograrlo y, claro, no lo lograba. Pero a pesar de eso, siguió levantándose todas las mañanas y se procuró continuar los intentos por más de que en alguna ocasión la frustración la llevó a pensar incluso en dejar el atletismo. "El 2018 fue un año negro, negrísimo”, remarca una Belén Casetta que ahora a la distancia de aquellos días de lesiones no sólo superó sus pensamientos negativos, también logró alinear cuerpo y mente hacia sus objetivos. Lo hizo de tal manera que ahora ultima detalles para representar a Argentina en el Mundial de atletismo Doha 2019 y lo hará en 3000 metros con obstáculos siendo la reciente medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Lima.

"Fueron un montón de lesiones: una fractura por estrés en el fémur, en las tibias, esguinces y también algo en la ciática. Este año también lo arranqué con una y con otros problemas emocionales que me afectaron mucho", detalló la atleta sobre un pasado reciente que no daba señales de mejora. Pero guiada por su instinto de superación, buscó las oportunidades y en mayo pasado decidió presentarse en el Sudamericano de mayores en Perú. "Fui para aportar una medalla al país, aunque por dentro no quería ir. No estaba en condiciones. Me fui llorando a competir, como para dar una idea de cómo estaba", reveló sobre una inesperada actuación que terminó siendo determinante en su temporada. "A partir de ahí, de esa medalla de plata, volví a ser Belén Casetta. Antes era otra persona que era influenciada por el exterior y no se enfocaba en si misma. Por más de que me motivaran los cercanos, era un cambio que se debía hacer desde adentro. Todo depende de uno para avanzar. Tenía la cabeza en otro lado”, admitó en diálogo con Página/12.

"Podría no haber ido y este año podría haber sido un desastre. Pero sin embargo fui y luego de correr de esa manera, hice el click", cuenta la atleta que este viernes en Qatar se presentará en la serie en la que buscará clasificar a la final mundialista, una instancia que ya supo alcanzar en Londres 2017. Fue allí cuando Casetta incluso logró sus mejores marcas en la prueba para ser dueña del récord argentino y sudamericano con 9m25s99.

Casetta, en plena acción en los 3000 metros con obstáculos.

De regreso en el primer nivel internacional, habiendo superado un 2018 para el olvido, la marplatense no paró de encadenar buenas actuaciones. En julio ganó medalla de plata en los Juegos Mundiales Universitarios organizados en Nápoles y terminó con una sequía de casi dos décadas en las que el país no subía a un podio en atletismo. Lo consiguió en el mítico Estadio San Paolo, aquel en el que el propio Diego Armando Maradona hizo historia en el fútbol italiano, para luego registrar en Bélgica el tiempo que le permitió clasificar a Doha. Ahora, junto a Joaquín Gómez (lanzamiento de martillo) y Florencia Borelli (5000 metros) buscarán dejar en lo más alto el nombre de Argentina.

En los últimos meses Casetta se acercó a sus mejores registros y ella es consciente de eso. "Aquella vez fui a competir a Londres con 9m50s y ahora lo estoy haciendo con 9m40s. Hice otro tipo de puesta a punto y no veo la hora de correr la serie e intentar entrar nuevamente a una final", apuntó dejando entrever un detalle particular de su entrenamiento: el trabajo en la altura. "Al estar a 2300 o 2500 metros sobre el nivel del mar aumentás naturalmente los glóbulos rojos y hay más oxigenación en la sangre. Eso al bajar al nivel del mar es un un plus que tenes para correr", describe la marplatense que entrenó 24 días en la altura de Cachi, en Salta, y que luego completó 10 jornadas en Sierra Nevada, España, antes de emprender su viaje a Qatar.

Presta para competir en Doha en su segundo Mundial de atletismo, Belén Casetta consolida un nuevo capítulo de superación personal. "Inconscientemente mi cuerpo me pide entrenar. De apoco fui poniéndome pequeños objetivos para avanzar. Es lo que me mantuvo y es lo que me mantiene activa", revela sobre su técnica. Es que mantenerse positiva y motivada son sus premisas en cada despertar. La cabeza está detrás de todo y ella lo tiene más que claro. "Un determinante emocional te puede afectar lo físico, por eso hay que estar al cien por ciento en lo mental también", comentó.

Su voz denota aplomo y seguridad, hasta para tocar temas que alguna vez dolieron por demás. Es que la atleta marplatense sabe de batallas, como lo fue aquella que dio tras perder a su padre. "Cuando pasé lo de mi papá me costó salir. Cuando él falleció, yo me fui a competir y no hice el duelo en ese lapso de tiempo. Pero cuando terminé de correr, paré y me cayó la ficha de que faltaba mi viejo. Ahí caí en un vacío emocional en el que sufrí el duelo. Tenía que pasarlo, porque cómo no lo voy a hacer -reflexionó afirmando su tono en el relato-. Después es cuando caigo al fondo del pozo y tengo que tratar de salir. Pasó el tiempo y me acomodé, logrando el campeonato Iberoamericana y también la marca mínima para los últimos Juegos Olímpicos".

Los desafíos de los atletas no sólo se dan sobre la pista y eso lo deja claro Belén Casetta, que en su piel también lleva tatuada la experiencia de Río 2016. "Hay un mito de que los atletas de alto rendimiento no salen a cumpleaños o, por ejemplo, no toman alcohol. Yo soy una persona normal y si estoy de vacaciones me van a ver con una cervecita en mano", aclara la marplatense que a través de Instagram abre las puertas de su mundo en el que se mezcla el disfrute con el esfuerzo diario. Hace su aporte para despertar sinergia del otro lado, porque ella sabe lo que es estar en esos pozos: "A veces también subo frases y recibo el agradecimiento de personas que me dicen que necesitaban leer algo así. Yo también lo necesité en su momento".