1 Central: Ledesma (5); Molina (6), Caruzzo (6), Novaretti (6), Britez (5); Rius (8), Rinaudo (6), Gil (5), Pereyra (4); Gamba (6), Riaño (6). DT: Diego Cocca.

1 Racing: Arias (7); Pillud (5), Sigali (5), Donatti (5), Mena (4); Marcelo Díaz (5); Zaracho (4), Diego González (4), Barbona (3); López (6), Cvitanich (4). DT: Eduardo Coudet.

Goles: PT 13m Gamba (C), 20m López (R).

Cambios: ST 7m Rojas (5) por Barbona (R), 13m Zabala (5) por Pereyra (C), 15m Cristaldo (4) por Cvitanich (R), 33m Orban por Donatti (R), 38m Allione por Riaño (C).

Arbitro: Jorge Baliño.

Cancha: Central.

Sebastián Granata
Rius fue la figura canaya en la cancha.

Todas las chances posibles dilapidó Central y se tuvo que conformar con un empate ante Racing. Pegó tres tiros en los caños y no le cobraron un claro penal, pero no pasó del empate ante un inexpresivo rival. Gamba convirtió un golazo, pero López igualó rápidamente. Los de Cocca cosecharon seis empates consecutivos.

Pelota al piso, peso ofensivo, sociedades que creaban peligro. Bajo esas premisas, Central jugó en gran nivel en los primeros minutos del partido ante Racing. Contribuyó, es verdad, el pobre rendimiento del visitante, que se movió con lentitud y fue inconexo. De una escalada hasta al final de Molina, previo pase de Rius, nació el gol canaya. Gamba completó la jugada por dentro, de primera y con mucha fuerza. Fue realmente un golazo. Todo lo sonreía al equipo de Cocca en el amanecer. Efectivo y de buen juego.

Pero la alegría duró muy poco. El gol sirvió para calmar a los hinchas y también a los propios jugadores del local, que ganaron en confianza. Sin embargo, Racing empató en su primera tibia aproximación al arco de Ledesma. López recibió una precisa pared, buscó tirar el centro y sin querer la clavó por arriba del uno. Inmerecido e increíble. El tanto del capitán de la academia desinfló a Central, que se olvidó de todo lo bueno lo que había hecho. Se volvió un equipo anodino, inexpresivo y, en su defecto, creció Racing, agrandado por una igualdad que no esperaba.

Terminó mejor Central el primer tiempo. Una vez que superó el letargo, el canaya se recompuso y volvió a desnudar los errores del fondo visitante. No los aprovechó, pero tuvo variantes para lastimarlo. Pelotazo largo a Riaño y presión ante en la defensa rival. No convirtió en ninguna de las dos, fallaron Riaño y Rius, pero tuvo profundidad y llevó peligro. Abrió la cancha, jugó por las bandas y lastimó. Fue de lo mejor que mostró en la Superliga, auspicioso para lo que venía mostrando, una pena que no haya sostenido el triunfo.

El buen cierre se extendió al inicio del epílogo. Incluso, el canaya fue aún más feroz, más agresivo. Arias le contuvo un cabezazo a Novaretti y el caño le devolvió un frentazo a Gamba. Antes, Arias le cometió un penal al ex Unión, rodillazo en la cabeza, que Baliño no sancionó. Central sucedía chances, era claramente superior a Racing, pero no podía convertir. En el medio, otra vez en un hecho aislado como el gol de López, Ledesma calculó mal un tiro libre de Rojas y lo salvó el travesaño. No había manera de que los de Coudet inquieten de otro modo, Central era largamente superior.

Si la medida es el último partido ante Unión, hubo una evidente mejoría. Central recuperó volumen de juego, fue más profundo y sometió en varios momentos del partido al último campeón. No desarrolló solo una idea, tuvo alternativas para atacar. Rius caminó incesante por la banda derecha, Gamba se asoció con volantes siempre inteligente y Riaño preocupó más de la cuenta.

 

Fue todo de Central en el segundo tiempo. Racing era una sombra y el canaya seguía sufriendo por su impotencia. Caruzzo cabeceó al travesaño y Zabala, solo y debajo del arco, la tiró al palo. A la impericia se le sumaba la mala suerte. Los de Cocca intentaron por todas las vías posibles, hicieron todo bien hasta llegar al área, pero fallaron en el último toque. No le puede volver a pasar, está urgido de puntos y el empate de ayer se recordará por un tiempo largo. Zafó de la zona de descenso, pero solo porque cayó Aldosivi, que divide distinto. Necesita ganar, es primordial.