Con la rebeldía que caracterizó a aquellos obreros ferroviarios que en 1889 fundaron Central con afán de crear un lugar de pertenencia, en tiempos modernos las chicas del fútbol femenino rompieron nuevos prejuicios en Arroyito y se hicieron un lugar en el fútbol profesional de la institución. El debut ayer fue con derrota pero el resultado quedará solo para las estadísticas. Las chicas de Roxana Vallejos se apropiaron del Gigante y salieron a jugar ante el Sindicato Argentino de Televisión ante más de cuatro mil espectadores. Hubo insultos para la jueza, entusiasmo por cada pase largo que bien podía terminar en gol, muchas interrupciones y un esfuerzo aplicado para que la táctica pueda suplir una condición física de los planteles que aún deben desarrollar.

El éxito de las chicas fue rotundo: cuando se hable de fútbol en Central hay que aclarar de cuál se trata. Desde ayer, el canaya tiene fútbol femenino profesional. Por la segunda fecha del torneo Rexona, las guerreras jugaron ante el SAT y cayeron 5 a 3. El atractivo fueron los goles y la sensación de que en cualquier jugada pudiera haber un grito.

El profesionalismo en las chicas recién lleva dos fechas y para los exigentes hubo clara evidencias de que esto recién comienza. El partido empezó desordenado, todas corriendo detrás de la pelota y apostando un pase largo, que generalmente terminaba con jugada de gol.

Las canayas tenían un entusiasmo radiante. Cada una buscó a sus familiares en las tribunas y los saludos se repetían con cada grito de gol. El público, juvenil en su mayoría, poco celoso por el resultado, acompañó con palmas a las chicas, principalmente ante la primera adversidad.

Sebastián Granata
Falta velocidad y fuerza en las jugadoras. 

Porque a los cuatro minutos Leguizamón entró libre para marcar el primero para la visita. El empate fue una risa: Gómez le pegó de afuera del area, débil, y la pelota se fue picando. Pero la arquera Britez en vez de intentar usar las manos puso los pies y sin poder evitar que el balón llegue al fondo del arco.

Cuando hubo infracciones, las jugadoras acusaron el rigor físico y demoraron en retomar el juego. El calor tampoco las ayudó. El cuarto de hora final las chicas de Arroyito perdieron el control del campo y el partido se puso 4 a 1 con tantos sucesivos de Martínez y dos de Ojeda.

El público alentó a las chicas y el complemento arrancó con un show de la arquera rival, con actuación que no tenía ritmo profesional. Britez fue a buscar corriendo al arco izquierdo un remate de Lonigro y otra vez se tomó la cabeza con las manos cuando se encontró con el balón adentro. Y acto seguido en un tiro libre la arquera del SAT salió muy tarde y descontó Salguero de cabeza.

El partido se jugó siempre en espacios cortos del campo de juego. La falta de velocidad y fuerza de las chicas hacen del fútbol un juego de otro ritmo, aunque no por eso menos atractivo.

 

El marcador cerró 5 a 3 por gol de Leguizamón. Pero en las tribunas no hubo reproches. Lo que hicieron las chicas mereció un cerrado aplauso.