En 1975, el sello Warner Bros. Records demandó al mánager de Badfinger, Stan Polley, por apropiarse de un adelanto del dinero del grupo y desaparecer. Al enterarse, Pete Ham, cantante y guitarrista de la banda (considerada heredera del legado de los Beatles), se creyó arruinado y decidió ahorcarse. No obstante, antes de entrar en su garaje, este músico devenido en icono del power pop le dejó una nota a su esposa, quien esperaba un bebé suyo, en cuya post data advertía: “Stan Polley es un bastardo sin alma. Me lo llevaré conmigo”. A pesar de que la figura del mánager ha tenido una connotación negativa en el imaginario de la cultura rock, incluso en Argentina, hay casos como el de Facundo Cruz, quien dejó a un lado su ego para ponerse al servicio de un puñado de jóvenes artistas que hoy la rompen en la escena local. “Estudié, produje y tuve proyectos musicales propios. Me costó tomar la decisión por la fama que se tiene de garca y choto”, asienta desde su hogar. “Siempre me fue difícil llamar así a lo que hago debido a lo bastardeada que está la etiqueta mánager.”

Los tiempos cambiaron y también la forma de comprender el oficio. “Al menos con mis artistas, trabajo en sociedad”, explica quien acompañó a Perras on the Beach, Ca7riel y Paco Amoroso, Chita, Jvlián y Coral Casino en su ascenso, auge y desarrollo. “Hay gente muy piola haciendo esto ahora y creo que los músicos entendieron que existen determinadas cosas de las que no se tienen que encargar. Y cambió la conciencia de los mánagers acerca del respeto que se debe tener por el proyecto. Cato y Paco o Chita la tienen clarísima en márketing, entonces las ideas las armamos en conjunto.” Pero aunque la autogestión manda a nivel federal en esta época, por lo que el artista es el mandamás de su trayectoria, para Cruz el papel del mánager sigue siendo importante: “Me gusta involucrarme muchísimo, especialmente en el proceso de aconsejar, ordenar y contener, fuera del Excel y con una visión a largo plazo. Y más sin son artistas que están dando sus primeros pasos”.

 

Así nació Clix, agencia en la que el integrante del dúo electrónico Bauness no sólo aborda el management sino también el booking, el desarrollo de talento y la producción de recitales. “Clix surgió para darles espacio a shows que quería producir de artistas que me parecían relevantes para esta nueva generación”, comparte. “Sentí que estábamos ante algo muy grande y que podía ser el comienzo de lo que la escena argentina estaba esperando desde hacía tiempo. Cuando vi que Simón Poxyran estaba haciendo un disco solista, le propuse organizar la presentación en vivo, tras el anuncio de que venía a tocar con Perras on the Beach a Niceto Club. En ese momento, yo era programador de Caras y Caretas San Telmo, una sala con mística por la que también pasaron Luca Bocci, Juan Mango y Ca7riel”. Así derivó en la realización de shows para otros músicos. “Principalmente trabajamos con artistas en sus etapas iniciales, donde quizá no cortan más de 50 tickets, para llevarlos a situaciones más profesionales y salas más grandes.”

Para justificar por qué antepuso su trabajo como mánager a su carrera musical, en la que también fue sitarista de Les Mentettes Orchestra y Los Campos Magnéticos, Cruz revela: “Fue una batalla. Con Bauness seguimos en actividad hasta hace unos seis meses. Tocando era bueno hasta algún punto, pero haciendo esto sentía que podía ser mucho mejor. Y me interesaba la idea de ser muy bueno en algo. Cuando empecé a probar y vi que las cosas salían bien, me dediqué a esto. Me di cuenta de lo emocionante que es sólo participar e involucrarme artísticamente de varios proyectos a la vez. Lo disfruto tanto como lo otro”.

La epifanía sobre el 360 que hoy lleva adelante sucedió cuando conoció a Catnapp. “Ella iba al mismo colegio que yo, pero un año menos. Después de terminar de cursar, ambos nos dedicamos a la música electrónica. Seguí sus pasos y me pareció que la tenía muy clara. Supe que no la manejaba nadie, y quería trabajar con ella de cualquier forma. Tenía una visión de cómo debía ser su carrera. Eso fue hace siete años.”

Ahora Catnapp conquista Europa, luego de mudarse a Berlín, y este entrepreneur de 32 años, que reconoce en Fernando Moya a su referente local en el oficio, apuesta por este momento de la Argentina. “No vivimos un nivel de calidad musical así desde los ‘80”, afirma quien se concentra en el despegue de las carreras de 0-600, Lara 91k (Coral Casino) y Dinastía. “La gente recordará a Bandalos Chinos, Usted Señálemelo y Ca7riel y Paco de la misma forma que pasó con Soda, los Abuelos o Charly.”

 

Pese a que la escena se tornó en un negocio suculento, Cruz prefiere elegir por su cuenta a los artistas con los que trabaja y no pierde la perspectiva. “Trabajo para que las cosas sean lo más justas y transparentes posibles: venimos escuchando cuentos de terror sobre la escena musical, y eso a mi generación le dio un poco de rechazo. Tenemos la posibilidad de cambiar la historia. No desde el decir sino desde el hacer. Todos traccionamos hacia un mismo lugar, esto es un círculo virtuoso.”

Este viernes 4 a las 10, Facundo Cruz participará en el panel inaugural del Selector Pro, junto a Grant Bussinger, Juana Molina y Alejandro Varela, con la moderación Sofía Trucco. Será en el Teatro Picadero (Enrique Santos Discépolo 1857), mismo lugar donde este encuentro dedicado a la profesionalización de la industria de la música independiente, organizado por el British Council, continuará el sábado 5.