1.200 comensales vestidos de gala pisaron el campo de juego de La Bombonera este jueves por la noche. El propósito era compartir una cena para celebrar la solidaridad y, al mismo tiempo, generar la principal fuente de recaudación para llevar adelante los programas sociales de La Fundación Boca Social.

En Argentina, los clubes tienen la particularidad de ser asociaciones civiles sin fines de lucro que desarrollan variadas actividades, no sólo deportivas sino también educativas y comunitarias. La mayoría de estos clubes surgieron a principios del siglo XX con una función social: generar espacios de sociabilidad, de encuentro barrial, trabajar con la comunidad y suplir la ausencia del Estado. Este modelo coexiste desde el 2000 con posibles formas de gerenciamiento, y son las únicas avaladas por AFA para integrar sus competencias. 

En los noventa y desde la asunción de Mauricio Macri como presidente de la Nación comenzaron a operar –otra vez– una serie de fuerzas sociales, económicas y políticas para impulsar un viraje al modelo transnacional de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), argumentando una mayor "transparencia" para sanear los clubes luego de años de "malas" y "corruptas" administraciones, además con una aparente probabilidad de alejar las violencias de los estadios. 

A pesar de que el contexto parecería ser el adecuado para esta serie de cambios, la opción fue desestimada debido a la fuerte oposición de asociaciones y la movilización de socias y socios, los verdaderos dueños de los clubes. Sin embargo, de la mano de nuevos dirigentes reconocidos en el mundo de los negocios, instituciones como Boca ya habían incorporado modificaciones estructurales (propias de las empresas) con el fin de modernizar su organización. ¿Por qué un club atlético, una asociación civil sin fines de lucro, tiene la necesidad de crear una fundación para derivar la atención de cuestiones sociales? ¿No deberían figurar entre sus objetivos primarios?

Autoridades del club señalan que La Fundación Boca Social es consecuencia del trabajo que se viene desarrollando hace más de una década desde el Departamento de Acción Social, dirigido exclusivamente a los socios. En 2012, y siguiendo las trayectorias de las grandes corporaciones, se constituyó este espacio por fuera de la estructura organizacional "para realizar labor y responsabilidad social en paralelo a las acciones deportivas y culturales que ofrece Boca". Aunque el argumento es "dar atención a la gente del barrio, a las personas que tienen necesidades, más allá de la masa societaria", la proliferación de fundaciones es una tendencia global en el mundo empresarial para atender la exigencia de Responsabilidad Social Corporativa, lo que les permite resaltar una agenda de compromiso con la comunidad, y construir su imagen de marca.

Asimismo, a los clubes les permite manejar recursos por fuera de los balances oficiales y obtener una serie de beneficios tributarios. Según anuncia Boca, además, la pretensión es lograr mayor visibilidad entre el público cautivo, atraer nuevos interesados, captar donantes para favorecer la autofinanciación y fidelizar voluntarios para la ejecución de programas sociales y comunitarios.

Boca no ignora las presiones que vienen desde las bases, como las demandas por equidad de género, y hace usos estratégicos de la coyuntura: programó el ingreso simultáneo a la cena por Brandsen 805 de los planteles profesionales de fútbol femenino y masculino, seguidos por viejas glorias, autoridades, dirigentes, celebrities, empresarios y socios, algunos invitados y otros que compraron su cubierto. Para ello, ofreció lugares para comensales que podían compartir mesa con deportistas, participar de subastas y proyectar publicidad de sus negocios en pantalla, con valores que iban desde $25.000 a $250.000. 

¿A dónde se destina lo recaudado por La Fundación? ¿Quién decide y cómo se resuelve qué es una buena inversión para el club? ¿Traer al mejor 9 para el fútbol masculino, generar competitividad en deportes amateurs o impulsar el desarrollo de disciplinas para que participen en ligas nacionales? Boca –al igual que otros clubes sociales y deportivos– no es sólo fútbol y de varones; es un club atlético, social y deportivo de las y los socios.

 

El 2019 también es año electoral en la institución presidida por Angelici. En lugar de pretender y delegar el cambio sólo en manos de los dirigentes (muchos de ellos empresarios), el desafío está en involucrarse y hacer de la política un espacio propio de construcción, resignificación y de transformación estructural. Si los clubes son de las y los socios, también lo es el compromiso de defender la razón por la cual fueron creados, participar y, desde adentro, luchar por nuevas y mejores condiciones.