La 89 entrega de los Premios Oscar fue un papelón. No alcanzó con que dure unas interminables tres 3 horas y 40 minutos, sino que los presentadores Warren Beatty y Faye Dunaway confudieron el sobre y leyeron a "La la land" como Mejor Película, cuando en realidad la estatuilla fue para "Luz de luna", de Barry Jenkins.

El staff completo de la cinta de Damien Chazelle (Mejor Director) estaba arriba del escenario cuando se dieron cuenta del error y consumaron una noche en la que una lavada corrección política ya había sumido en el sopor a la mayoría de los televidentes, según se desprendía de las redes sociales.

Antes del delirante final, el presentador Jimmy Kimmel salió al escenario del Teatro Dolby de Los Ángeles con llamados a la “unidad en Estados Unidos”, aunque tardó casi dos horas en mencionar al mandatario Donald Trump, quien había sido el centro de las críticas de los artistas en la previa.

“Esta entrega es televisada en Estados Unidos y en otros 125 países que ahora nos odian”, abrió Kimmel entre risas y aplausos, tras lo cual agregó: “La nación está dividida y si cada uno de ustedes trata de tener una actitud positiva podemos hacer que vuelva a estar unido”.

El mexicano Gael García Bernal recogió el guante y dijo: “Hay actores que viajan por el mundo para contar historias y traspasan cualquier forma de muralla que trate de separarlos”, en clara referencia al muro que Trump quiere construir en la frontera con México.

Kimmel también nombró a los periodistas de CNN, New York Times y Los Ángeles Times, a quienes Trump les prohibió ingresar a la conferencia de prensa que dio el viernes pasado en la Casa Blanca, en un hecho inédito para un mandatario estadounidense, aunque el presentador tampoco mencionó la censura.

Tras la polémica del año pasado por la ausencia de negros en los Oscar, en esta edición sobresalió la presencia de artistas de color en pantalla y en premios.