Autopistas del Sol S.A., cuya accionista era la empresa del ex Presidente Mauricio Macri, se acogió a la ley de blanqueo. El dato fue aportado por el ex Director del Organo de Control de Concesiones Viales (Occovi), Gustavo Gentili al expediente judicial que investiga el negociado del peaje de la Panamericana. “El blanqueo es un reconocimiento de que había dinero que debían haber tributado y no lo hicieron”, le afirmó a Página/12 el ex funcionario. Bajo juramento, Gentili habló de maniobras financieras de “back to back”, evasión impositiva, endeudamiento temerario, vaciamiento, lavado de dinero y obligaciones negociables dibujadas por parte del holding. A pesar de las serias irregularidades e incumplimientos, la concesionaria consiguió la renegociación del contrato por decreto hasta 2030 y el reconocimiento por parte del Estado de 500 millones de dólares.

Los delitos que se investigan son fraude al Estado, negociaciones incompatibles con la función pública y abuso de autoridad. Antes de la feria judicial, se suman cada vez más pruebas del direccionamiento de la concesión del peaje de uno de los accesos más importantes a la Ciudad de Buenos Aires, en favor de la empresa de la familia Macri.

Luego de declarar como testigo en el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral, el ex responsable del extinto Órgano de Control de las Concesiones Viales habló con Página/12. Este diario había dado a conocer dos informes elaborados por él, en los que advertía sobre las faltas graves que estaba cometiendo la empresa cuyo accionista era el Grupo Socma. En la Justicia, Gentili ratificó “cada uno de los documentos” que firmó cuando presidía el Occovi y afirmó que no estaban dadas las condiciones para levantar la intervención que pesaba sobre la firma y mucho menos para otorgarle una prórroga del contrato, con el reconocimiento de los 500 millones de dólares por supuestas obras no amortizadas.

--Usted en los informes habla de endeudamiento temerario. ¿Qué significa?

- Cuando el Estado llama a licitación en este tipo de concesiones hay dos grandes premisas que uno debe observar, la capacidad técnica y la solvencia económico financiera. Se debe a que uno le cede un patrimonio que es muy importante y muy valioso. Si usted no aporta esa capacidad económica y lo que hace es endeudarse hay algo que evidentemente no funciona. Es lo que se llama subcapitalización. Un endeudamiento que va más allá de lo lógico.

-- ¿Hubo también maniobras financieras para obtener más rentabilidad con el dinero de los usuarios y evadir impuestos?

- Yo dije en el Juzgado que sospecho que Ausol utilizó el mecanismo conocido como “back to back”. Por ejemplo, yo deposito plata en el JP Morgan. Después el JP Morgan me presta esa misma plata. En realidad es mi plata que yo la coloco a un excelente interés. Pero en este caso Ausol es sólo un gestor, porque el dinero que entra es de los usuarios que pagan peaje. Siguiendo con el ejemplo, yo tengo el dinero afuera, me da una excelente rentabilidad – acá estábamos hablando de una tasa del once por ciento en dólares – mando la plata afuera y ese dinero luego tiene algunas ventajas tributarias.

Evasión a dos puntas

Uno de los datos novedosos que aportó Gentili a la causa es que la evasión impositiva habría ocurrido no sólo en la Argentina sino también en España. A través de la controlante de Ausol, Abertis -de capitales españoles- también habría logrado esquivar obligaciones al fisco. Una evasión a dos puntas, de los dos lados del océano. Según el ex funcionario, la concesionaria decía en nuestro país que contrataba capacitación y lograba dibujar los números para no tributar, mientras que Abertis imitaba la maniobra porque en España las empresas obtienen beneficios impositivos si exportan conocimiento. Sin embargo, ni Abertis exportó conocimiento ni los empleados de Ausol recibieron capacitación alguna.

En sus informes firmados el 29 de mayo y el 6 de noviembre de 2015, Gentili  da cuenta de sospechosas contrataciones para capacitación interna. El detalle es el siguiente: Ausol le contrata a Abertis - que era su controlante- asesoramientos por un millón 800 mil dólares todos los años, hasta que termina el contrato. Esos asesoramientos son realmente penosos. Por ejemplo, una videoconferencia por 147 mil dólares. Investigando, se encontró encuentro con una resolución de la Corte Suprema de España, que falla sobre uno de estos contratos de asesoramiento. El fisco español descubrió que ese servicio no se estaba prestando y que Abertis no estaba exportando conocimiento a la Argentina como decía. Abertis estaba cobrando una disminución de impuestos por exportar conocimiento que no es tal. El Tribunal Supremo terminó fallando a favor del fisco español y determinó que Abertis sólo controlaba a Ausol y que no existía tal capacitación. Fue una suerte de evasión a dos puntas y Gentili aportó esa investigación al juzgado.

--¿Usted corrió vista de sus dos informes a la AFIP y a la Unidad de Información Financiera por sospechas de lavado de dinero?

-Sí. Y a parte de esos informes yo hice una denuncia en sede judicial. La presenté en noviembre de 2015, en el juzgado de Sandra Arroyo Salgado. A raíz de esa demanda ellos se acogieron después al sinceramiento fiscal y pidieron que se cierre el expediente.

--¿La empresa de la que era socia el ex presidente entró a la ley de blanqueo?

-Sí. El blanqueo es un reconocimiento de que había dinero que debía haber tributado al Estado. Reconocieron una situación irregular. El apoderado de Ausol pidió en el expediente que instruía Arroyo Salgado la extinción de la acción penal y el archivo de la causa que yo había iniciado aduciendo que la empresa se había acogido a la ley de sinceramiento fiscal.

-- ¿Y cuánto dinero blanquearon?

--En los balances que presentaron me quieren hacer quedar a mi como un mentiroso porque dicen que no existe la plataforma fáctica de lo que yo denuncio. ¿Entonces por qué se acogieron a la ley de sinceramiento fiscal? Yo denuncié en aquel momento 400 y algo de millones por el período no prescripto, que iba desde entonces hasta fines de 2014.

--Usted también señala en los documentos que lo que la empresa demandaba ante el CIADI (1.100 millones de dólares) era una cifra absurda. ¿Por qué?

-El monto que le reclamaban al Estado era totalmente absurdo. Es una empresa que tenía un patrimonio 88 millones de capital y estaba reclamando 6.300… Más que el patrimonio total de Molinos, por ejemplo. Cuando se trata de una empresa cuyo patrimonio es del Estado. No es de ellos. Yo creo que han generado una conciencia como que son los dueños, pero no lo son. Son solo administradores. Tergiversaron las cosas de tal manera que la gente cree que son los dueños y hay que hacer lo que ellos dicen.

--¿Cree que la demanda ante el CIADI fue una puesta en escena armada entre los funcionarios y la empresa para conseguir el reconocimiento de esos 500 millones de dólares?

-Claramente la denuncia en el CIADI fue una estrategia deliberada.

--Si todas estas irregularidades se comprueban, ¿qué debería pasar con las concesiones?

-Deberían caerse. La Justicia tiene que contrastar mis informes con lo que dice la empresa y los balances. Ahí se van a dar cuenta de la verdad.

--¿Qué hicieron Javier Iguacel y Guillermo Dietrich con las advertencias que usted había hecho sobre las graves irregularidades de Ausol? Sobre todo teniendo en cuenta que uno de los accionistas era el propio Mauricio Macri.

-Me preguntaron en el juzgado ¿y qué hicieron con sus informes? Respondí que no lo sé. Pero dije que si había que renegociar el contrato no correspondía. Por muchos motivos. Si yo la contrato a usted por su capacidad técnica y económica, usted después no me puede venir a decir que se contrata a sí misma para brindar la capacidad técnica y para ejecutar la obra. Entonces, como mínimo Ausol es un cascarón vacío.

--¿Qué pasó con usted después de haber presentado esos informes?

-Me amenazaron y me denunciaron. Adjunté en el juzgado un documento en el que la empresa me pedía que rectifique o ratifique ante escribano mis informes. Yo no le di importancia en ese momento. Pero después empezaron a aparecer denuncias anónimas contra mí en la Justicia. Yo creo que como no podían desprestigiar el trabajo que hice me desprestigiaron a mí.