El plan Argentina contra el Hambre comenzó a implementarse en Concordia, la localidad elegida por el gobierno para arrancar con la distribución de la tarjeta alimentaria. Esta mañana, en el centro de convenciones de la ciudad, comenzaron a ser distribuidas las 7500 tarjetas asignadas a las madres del distrito que reúnen una doble condición, ser beneficiarias de la AUH y tener hijos menores de 6 años. Las tarjetas alimentarias serán entregadas hasta el viernes en esta localidad, luego seguirá un cronograma de reparto en el resto del país. Tienen una carga mensual de 4 mil o 6 mil pesos, según la cantidad de hijos, y está destinada a comprar alimentos en supermercados y almacenes.

El intendente Enrique Cresto explicó que la convocatoria se está realizando de manera alfabética, hoy para los apellidos de la A a la F. “Es dinero que va a ir directamente a los almacenes y comercios de Concordia. Esto tiene un gran sentido federal, porque antes pedíamos alimentos a Desarrollo Social y mandaban un camión con mercadería. En este sentido, Alberto Fernández entendió que ciudades como la nuestra necesitan de acompañamiento en la reconstrucción de la Argentina”, señaló. El uso de la tarjeta introducirá en los comercios locales 35 millones de pesos por mes.

En el predio donde las familias fueron a buscar la tarjeta hubo largas colas. Para explicar su implementación, funcionarios nacionales y de la provincia gobernada por Gustavo Bordet (Frente de Todos), se reunieron el martes con los principales referentes de las organizaciones sociales. Mauro Rossi, albañil y titular de la CTEP-Entre Ríos, contó que en la reunión los movimientos pidieron ser incorporados como proveedores de alimentos, “para que la tarjeta esa usada no sólo en los supermercados, sino también en panaderías y cooperativas de producción, que generen empleo”. Para ir resolviendo esta demanda, se creará en la ciudad un Consejo local del Plan Argentina Trabaja.


La tarjeta iba a ser lanzada en febrero, pero la gravedad de la crisis determinó al gobierno a adelantar su puesta en marcha. Esto va a generar que muchas áreas del Estado vayan completando su implementación sobre la marcha. En el caso de las organizaciones sociales que están trabajando en la producción de alimentos, muchas se encuentran con el problema de carecer de matrícula cooperativa, señaló Rossi, porque en la gestión macrista la perdieron o no pudieron tramitarla. Su apuesta es crecer en escala, lo que les está vedado en la medida en que no puedan vender su producción.

En el ministerio de Desarrollo Social informaron que la tarjeta es otorgada de manera automática a todas las personas que reciben la AUH y tienen hijos menores de 6 años, a embarazadas que perciben la AUH -a partir de los 3 meses de gestación- y personas con discapacidad con AUH. La Anses notifica a quien está en condiciones de retirar su tarjeta vía telefónica o por SMS. La tarjeta no suplanta ninguna de las políticas vigentes ni reemplaza la Asignación Universal por Hijo.

Concordia tiene, según el último relevamiento del Indec, un 52,9 por ciento de pobreza y un 15,4 por ciento de indigencia. El intendente contó que un porcentaje muy alto de la población vive de trabajos como la zafra y la actividad forestal, actividades que son mal pagas y de condición precaria. Agregó que al no ser una capital de provincia, la ciudad tiene menos empleo estatal, que en épocas de crisis del empleo formal funciona como un estabilizador de los ingresos.

Cresto recordó que en 2003 Concordia llegó a tener un 72 por ciento de pobreza. “Luego del ciclo de recuperación iniciado en 2003, en 2013 la medición del Indec encontró un 5 por ciento de pobreza y una desocupación del 3 por ciento”. Ahora, agregó, la ciudad tiene “un 10 por ciento de desocupación y 50 por ciento de pobres que trabajan pero no tienen ingresos" para acceder a una canasta básica, "porque trabajan en la zafra, o en la madera. Cuando hay reactivación económica ciudades como Concordia tienen una buena recuperación, pero en épocas de recesión económica son las más afectadas. Son ciudades donde llega mucha gente a buscar trabajo cuando el país crece; cuando la economía se para, la ciudad deja de tener actividad y las familias quedan acá”.