El profesor universitario Daniel Córdoba falleció este viernes 27 de diciembre a los 55 años. Fue el creador de los talleres “Física al alcance de todos” que inició en la clandestinidad académica y logró estudiantes y científicos de excelencia.

Córdoba estaba enfermo, permanecía internado en el IMAC y a comienzos de diciembre se habían solicitado dadores de sangre para él.

El Gobierno de Salta decretó un día de duelo provincial en su homenaje.

“El profe Daniel Córdoba nos enseñó que con vocación y compromiso podemos cumplir nuestros sueños. Su fallecimiento es una pérdida muy grande para la educación. Se nos fue un gran docente y una excelente persona”, señaló el gobernador Gustavo Sáenz.

El profesor era oriundo de Jujuy, y fue un semillero de científicos en Salta, varios de quienes hoy están diseminados por el mundo, trabajando incluso en la NASA. Córdoba logró que 1 de cada 4 estudiantes del prestigioso Instituto Balseiro fuera salteño. “Su labor educativa sembró ciencia, conciencia y ejemplo”, sostuvo mediante un comunicado la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Salta (ADIUNSa). “Sabemos de su poca simpatía por los homenajes públicos. Sabemos también, no se enojaría por esta demostración pública de amor”.

El docente cuestionaba al sistema educativo y se interesó por la transmisión de la ciencia y la pasión por ésta. En ese marco desarrolló un modelo pedagógico que logró llegar a los y las estudiantes. “Los chicos están necesitando una proyección, volver a pensar en futuros posibles, sentir que pueden”, sostenía.

A principios de los '90 nació el taller de “Física al alcance de todos”, en el Instituto de Educación Media Doctor Arturo Oñativia que dependía de la Universidad Nacional de Salta. “Como no había surgido por iniciativa de la propia institución lo practicábamos de manera clandestina. Venían chicos a los cuales les costaba la física, entonces, trataba de enseñarla de un modo distinto al que se hacía habitualmente”, sostuvo Córdoba a Página/12 este año. “Siempre me interesó comenzar mis clases a partir de una historia. A los chicos les gusta porque festejamos las metidas de patas y los errores; solo las equivocaciones nos recuerdan nuestra humanidad”, reflexionaba.

Del primer grupo de estudiantes que no eran los típicos “bochos” o “nerd”, salieron los chicos y chicas que participaron de las Olimpiadas de Física. En la actualidad, uno es investigador del Conicet, otro es neurocientífico y trabaja en Canadá y el restante es médico. En 1995, la Universidad comenzó a utilizar Internet y, un tiempo después, a través del famoso buscador AltaVista, Daniel extrajo múltiples ejemplos de ejercicios. “Se logró tal ingeniería, tal ida y vuelta, que a mediados de 1990 ingresó nuestro primer estudiante al Instituto Balseiro. El objetivo nunca había sido formar físicos de primer nivel, las competencias por los ingresos a lugares de elite era una excusa para que todos los que asistieran pudieran conocer la ciencia”, describió en una nota previa a Página/12. 

El taller “Física al alcance de todos” llegó a prohibirse por autoridades de la Universidad en 1995, lo consideraron "elitista”. “Después de eso, durante ocho años fui un profesor clandestino, sin cobrar un peso por el taller y sin el respaldo institucional", contó a Infobae. Córdoba retomó después el taller en un aula de la Universidad los sábados. "Hice rancho aparte y poco a poco, la cantidad de talleristas  aumentó. Aumentó más de lo normal", recordó.

Lejos de la élite, Córdoba logró que estudiantes wichis de Salta ingresaran al Balseiro. Este año su taller tenía 200 estudiantes, algunos de ellos venían incluso desde el interior de la provincia para aprender física.

Con los años su dedicada labor obtuvo reconocimiento. El taller fue distinguido por el Ministerio de Educación de la Nación, la Cámara de Diputados de la provincia, el Senado de la Nación y el Concejo Deliberante de Salta. Córdoba recibió reconocimientos de centros educativos y “fundaciones de todos los colores” aunque recién en marzo de este año obtuvo reconocimiento como Doctor Honoris Causa de la UNSa, la misma institución que lo había censurado.

“Guardamos en lo más profundo del corazón, como un tesoro, los conceptos que dispensó para nosotrxs. Abrazamos a la 'especie traidora' (como llamaba a sus estudiantes). Entendemos su dolor. Los sábados de la UNSa no volverán a ser los mismos”, expresó ADIUNSA, agradeciendo la labor del docente.