En línea con las decisiones que adoptó hasta ahora la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) restituyó la obligación de que sus agentes dejen el arma reglamentaria en su lugar de trabajo cuando termina su horario laboral. Es decir, no pueden llevar consigo el arma cuando están fuera de servicio. Esto había sido así desde los orígenes de la PSA, pero en marzo del año pasado la entonces ministra Patricia Bullrich había decidido modificar las reglas y obligar a la portación durante las 24 horas. La nueva medida fue presentada por el titular de la fuerza, José Glinski, como un modo de protección de los integrantes de la PSA ya que --señaló-- en el último año “murieron más agentes con este protocolo de Bullrich fuera del horario laboral que cumpliendo funciones”.

La Policía de Seguridad Aeroportuaria tiene algunas diferencias respecto del resto de las fuerzas de seguridad, lo que facilita una decisión de estas características: no hace tareas específicas de “seguridad ciudadana”, excepto en Ezeiza, donde colabora con el municipio y, ahora, en Rosario a partir del complejo panorama de homicidios ligados a casos de narcotráfico y crimen organizado. En esencia, presta funciones en el ámbito aeroportuario y funciona como auxiliar en algunas investigaciones de causas judiciales complejas (trata, narcotráfico). Está integrada por 5 mil agentes. Cuando se reguló el uso de armas de esta fuerza, durante la gestión de Marcelo Saín, se estableció un protocolo, se asignaron armas según la función y mientras durara el turno. Luego, el propio Ministerio de Seguridad fijó, en 2012, un programa de uso racional de la fuerza y empleo de armas de fuego, que ordenaba actualizar la normativa en todas las fuerzas. Con el correr de los años, además, hay un dato que se repite que es que más de la mitad de las muertes de particulares a manos de agentes de distintas fuerzas se produce cuando están fuera de servicio, e incluso la mayoría de muertes de efectivos se producen cuando están fuera de su horario laboral.

Frederic dio instrucciones específicas a Glinski para dar marcha atrás con el cambio introducido por Bullrich en marzo de 2019, que de repente obligó a que los integrantes de la PSA portaran arma aún al terminar su turno. Esto está en línea con una política general, a través de la cual la actual ministra ya derogó una serie de disposiciones claves de su antecesora, como el protocolo que autorizaba a disparar sin dar la voz de alto, el programa “ofensores en trenes” para hacer detenciones por portación de rostro, y el uso sin regulación de las pistolas Táser. La nueva normativa de la PSA está vigente desde esta semana y se informó en una comunicación interna dirigida a los jefes regionales que “la asignación de armamento para el personal policial de la institución será en la modalidad 'temporal', debiendo realizar lo conducente para adecuar las vinculaciones a la modalidad aludida y que las salas de armas estén preparadas para la entrega y recepción del armamento en forma diaria”.

Glinski le explicó a PáginaI12 que la decisión se apoya también en una serie de datos que sorprendieron a las nuevas autoridades: “Desde marzo de 2019, cuando comenzó la obligatoriedad de portar armas fuera de servicio, hasta la fecha, tres agentes se suicidaron con el arma provista por la PSA; tres agentes fueron detenidos durante la comisión de un delito con el armamento oficial; una persona murió por una bala disparada por un agente con el arma reglamentaria en un incidente de tránsito; otros siete efectivos denunciaron la pérdida del arma estando fuera de horario de servicio”.

El funcionario insistió en que, de acuerdo a las funciones de esta fuerza, no es necesaria la portación durante todo el día sino al contrario. “Se harán algunas excepciones de acuerdo a la función que cumplan los efectivos”, aclaró. “La PSA fue la primera fuerza de seguridad creada en democracia con una vocación innovadora y es la esencia que queremos rescatar –remarcó--. Por lo pronto rompió con la lógica de la antigua policía aeronáutica que mezclaba seguridad y defensa interior, en ese sentido fue muy importante el modelo que introdujo”.