“Puede ser una antigüedad”, se ataja María Martha Serra Lima, boleada por tanto bolero, cuando a plena luz de la televisión del siglo XXI y en la Argentina pionera en leyes pro derechos sexuales, se explaya sobre cuánto molesta, qué feo es, que dos mujeres se besen en público. “Nosotros no lo hacíamos”, agrega algo críptica. No es una antigüedad, María Martha, antigüedad es su repertorio donde se luce por ejemplo aquella canción que dice “Como toda mujer yo me entrego al amor sin medida, sin tiempo, y con todo cuando alguien me quiere….” y que escrita por un hombre, derrapa a pata ancha en el clisé de la mujer insufrible y sufridora que tanto mal ha hecho a ellas y a ellos. “Como toda mujer tengo algo en común, soy celosa del hombre que amo, soy tan amante impetuosa, rebelde y voraz, caprichosa, violenta y audaz como toda mujer... como todas”. Tampoco es cuestión de gustos –que no sólo no hay nada escrito, y cualquiera, son legión, puede no querer pagar una entrada como antes para verla a usted–, lo que tiene es fecha de vencimiento. Gusto a rancio que usted y su entrevistador piensen que se puede tratar de contrabandear una justificación a esos gustos. Y que no le resulte ofensivo explayarlos adelante de dos personas de las cuales al menos una (Jey Mammon) se asume como gay. El entrevistador Luis Novaresio, haciendo honor al furcio de su propio apellido –Nabo/recio– la deja hablar haciéndose el oso como si estuviera sacándole una foto a su gatito cerca de su computadora. 
Pero más allá de una frase desafortunada, o directamente reaccionaria, los dichos de la cantante Serra Lima se inscriben en una tendencia que ya es mundial. Artistas que antes se valían de la homosexualidad para asesoría en vestuario, maquillaje y estilo, ahora, en franca decadencia, se valen de la misma para ver si con algún dicho reaccionario consiguen algo de la prensa perdida. María Martha lo viene intentando hace rato. Limadísima, antes de manifestar su asco a la homosexualidad callejera y a las mujeres con manos de hombre, había manifestado su apoyo –sin enterarse de que nadie se lo había pedido– a la pena de muerte. “No es solamente porque no hay lugar, sino porque realmente están manteniendo a una persona, y ¡carísimo! Me encanta que (los presos) tengan mejoras, que se diviertan, que los haga ejercicios, que tomen aire. Pero una persona que mata con violencia, y que admite que lo hizo, tiene que morir. Porque sobra”. A Susana le fue mejor con eso y Serra Lima le sigue los pasos a ver si liga algo. Maia Debowicz & La Diablo, con modestia homosexual, con Duran Barba, le aconsejan desde SOY, algunas modificaciones en las letras clásicas, y unos consejos de vestuario, para ver si levanta la putería.